sábado, 10 de octubre de 2009

Café. Ese dulce café de charla. Ese café que acompaña muchas cosas. Ese café que es un espectador, que es testigo de tantas cosas. Ese café que alivia, que hace pensar. Ese café que amarga más, que entristece. Ese café que solo llena un espacio más. Café. Cuántas cosas puede hacer un simple café. Desde estar presente en una reunión; desde ser partícipe de la fría soledad de una persona, que toma un café como una débil y fallida escapatoria a sus pensamientos suicidas; Desde ser el protagonista de un desayuno, de una charla matutina. De ser el intermediario de un amor que crece. Vamos a tomar un café?- Te invito un café - Tomamos un café y te cuento - Me traés un café Darío, por favor - Nos juntamos, tomamos un cafecito - Charlemos de la vida, tomemos un café - Tenemos mucho de que hablar, acá en la esquina hay un café - Los problemas los podemos acompañar de un café - Esta lloviendo, hace frío, que tal si tomamos un café? - Chicas, quieren café? - Voy a hacer café, querés? - Café cortado por favor - Y muchas más, muchísimas. Como una bebida, puede llegar a ser testigo de tantas cosas, no?

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