lunes, 28 de diciembre de 2009
domingo, 27 de diciembre de 2009
El amor.. lo escuchamos nombrar, va y viene sin cesar de boca en boca, de mente en mente, de conversación en conversación; se cuela entre cada huequito para abrirse paso y pasar a ser protagonista de muchas situaciones.. de peleas, de conversaciones, de llantos, de risas, de momentos felices, de situaciones tristes, de equivocaciones y errores, de muertes, de nacimientos, de salidas, de gritos, de sueños y de fantasias, de casualidad y del destino, y de muchas cosas más. Entra en tu vida, como si nada, sin avisar y sin pedir permiso, casi en secreto y de contrabando y derrumba toda la base fuerte de tu pasión y de tu creencia. Te cambia, te pinta el mundo al revés y te pone patas parara arriba. Que atrevido !
viernes, 4 de diciembre de 2009
Creo que actualmente, el cine es una aprte importantísima de la cultura moderna, y creo que en el cine Argentino moderno se ha degrada a tal grado de que el público no quiera mirarlo, por decir que se refiere a basura. Hombres y mujeres de oscura naturaleza psicológica, bohemios en muchos casos, consumidores de drogas alucinógenas, en otros, y de no muy brillantes intelectos (en general), han tenido en sus ingenuas e inhábiles manos el poder de “hacer cultura”. Han estado invadiendo desde hace décadas, las mentes de las nuevas generaciones con un cine paupérrimo - Fer, esta palabra te va a gustar - , tramposo y por ende, de dudosa calidad artística.
Retomando el punto en cuestión, no significa que porque una obra artística o periodística esté en el mercado es verdadera y que su autor posee una clara imagen conceptual acerca de la realidad que lo circunda y de lo que ha creado.
Retomando el punto en cuestión, no significa que porque una obra artística o periodística esté en el mercado es verdadera y que su autor posee una clara imagen conceptual acerca de la realidad que lo circunda y de lo que ha creado.
El poder de los medios ;
Expandamos nuestro razonamiento un poquito más allá y podremos llegar a notar desequilibrios internos dentro de las sociedades; es decir, dentro de los imperios. Las masas son la parte débil porque reciben constantemente para su contento toda idea que se perciba y se manifieste. (¿pan y circo?; ¿”pan cultural” y “circo político”; no? ). Dentro de la sociedad se encuentran varios tipos de clasificaciones. Están aquellos que dominan las finanzas y la economía, los que dominan la política y, finalmente, los que producen la cultura (conglomerados multimediáticos; analistas de mercados, analistas políticos; asesores gubernamentales en diversas áreas, etc.), vitales para que los tres grandes grupos antes mencionados ejerzan indirectamente sus influencias sobre las grandes masas. Las categorías anteriores, están relacionadas entre sí y conforman, un conjunto que controla la dinámica general de las sociedades civilizadas.
¿Cuál es la condición general que poseen los integrantes de esa parte dominante que forja la cultura; cuál es la formación real de los integrantes de dicha clasificación? En un país como la Argentina, la respuesta a esta cuestión se deduce a la comparación entre grandes grupos de hombres de letras, cine y música (artes masivos al alcance de todos), con determinados movimientos culturales.
¿Cuál es la condición general que poseen los integrantes de esa parte dominante que forja la cultura; cuál es la formación real de los integrantes de dicha clasificación? En un país como la Argentina, la respuesta a esta cuestión se deduce a la comparación entre grandes grupos de hombres de letras, cine y música (artes masivos al alcance de todos), con determinados movimientos culturales.
Iglesia
La Iglesia afirma que Dios nos ha hecho libres de elegir nuestro camino. También predica que Dios, en su calidad de Todopoderoso e infinito, todo lo sabe. Sin embargo, creó un ser que se hizo malvado y al que, en consecuencia, condenó al infierno. Si Dios todo lo sabe, debió haber visto que el "demonio" tentaría varios miles de millones de almas a lo largo de la historia; almas que han sido condenadas para siempre. Pero, hemos dicho que se acepta generalmente que Dios nos deja elegir nuestro destino, es cierto? cómo podemos elegir si dios ya sabe por cual de todos los caminos andaremos?. una vez se me dijo que él nos pone guías en el camino y que siempre tendremos la posibilidad de optar por el bien. Pero no importa cuántas “guías” nos ponga, de nada sirven si al final optamos por el mal camino. Él ya sabe que nuestra elección será mala sin importar cuántas “guías” nos de y no hace nada concreto para evitarlo. Él conoce el resultado final con o sin oportunidades de salvación, osea que somos humanos débiles y él lo sabe completamente. Por ende, podemos afirmar que él nos condena de antemano? - dejando de lado que dios no tiene un alcance humano, osea, nosotros no podemos llegar a su alcance- con lo cual concluyo que es él quien nos tienta, yaque dicen que la condena de un alma comienza por la tentación.
El otro día, empecé a leer sobre religión, ya que no tengo ninguna creencia definida, y no creo en nada, y debido a mi ignorancia sobre el tema deduje que sería ideal investigar e informarme sobre el tema para poder opinar al respecto, y leí que en el Padrenuestro - creo que se escribe así- hay una frase que en latín - la lengua de su traducción- dice: Et ne nos inducas in tentationen; es decir, que no dice como se repite normalmente "no nos dejes caer", si no "no nos induzca" Le pedimos a Dios que no nos induzca o, lo que es lo mismo, que no nos tiente? Por eso no creo, porque en estos hechos encuentro tremendas errores o más bien, contradiciones lógicas. Con lo cual no pretendo entrar en el arrogante terreno de la afirmación o negación de dios - como muchos lo hacen- porque nadie está en posición de hacerlo, sino a poner en duda, o en juicio - como dice la conocida frad "al juicio de dios"- la claridad y veracidad de los hechos principales y de las ideas generales expresadas en la "sagrada" biblia, que es sin lugar a dudas, un libro escrito por hombres y para ellos – es obvio que incluir a dios en la escritura de la biblia es un capricho personal de los religiosos que más que nada, a mi entender, precede ideología de la creencia y no a la evidencia- ni siquiera está basada en razonamientos filosóficos–;
Lo que la religión actual propone en realidad de manera indirecta y casi subliminal - como las propagandas- , es la figura de un Dios que es injusto y determinante, y al cual debemos temerle. ¿qué otra forma más segura tenemos de salvarnos eternamente sino a través de la poderosa institución que es la iglesia? A ella le rendimos cuentas, le hacemos donaciones, le pedimos perdón, etc. Es ella quien controla, en gran medida, la vida de los creyentes y practicantes (o al menos lo hacía, cuando poseía una mayor influencia en el mundo). El mensaje subliminal que nos dice inconcientemente es : “ven a nosotros, hacenos caso porque somos la única forma de dejarte bien parado ante los ojos de Dios - que como había dicho es injusto y determinante-”, es una forma más de control, supongo. Es una manera de imponer un orden social, si se quiere desde ese punto de vista, y de mantener poderosas instituciones religiosas a que existan durante milenios porque, a diferencia de partidos políticos y política en general que se basan en ideologías efímeras y transitorias, la iglesia (al igual que todas las instituciones religiosas), encuentra sus pilares fundamentales en la naturaleza psicológica del hombre; es un mecanismo poderoso que no cambia con el tiempo, a diferencia de las creencias políticas, que pueden variar más de una vez en la vida de una sola persona, desviando así el curso evolutivo de un grupo político hacia su disolución. Es decir, que la iglesia tiene el poder de crear en el hombre una dependencia y hasta una admiracion hacia ella, sin dejar que cambien de opinión o ideología, ya que básicamente su mensaje es de paz y fraternidad. Control y paz. Las “ideas” de la iglesia católica pueden ser adoptadas por cualquier persona, en cualquier época sea cual fuere su religión, pues se trata de conceptos universales. Es, en conclusión, el mejor sistema para impartir orden en la sociedad global. La concentración de dinero y poder que ha venido practicando la iglesia desde que se consolidó como tal, es necesaria. Es una forma de mantener su estructura y de protegerse contra los intereses externos -que son muchos-.
Es una paradoja, porque si tendríamos que elegir entre la "sublime" iglesia y el mundomodenroy actual, elegiriamos la iglesia, ya que por lo menos estamos resguardados, en fraternidad, en paz y totalmente ordenados y controlados. Semejantes cosas puede hacernos una intitución así, no? INCREÍBLE, pero totalmente cierto.
El otro día, empecé a leer sobre religión, ya que no tengo ninguna creencia definida, y no creo en nada, y debido a mi ignorancia sobre el tema deduje que sería ideal investigar e informarme sobre el tema para poder opinar al respecto, y leí que en el Padrenuestro - creo que se escribe así- hay una frase que en latín - la lengua de su traducción- dice: Et ne nos inducas in tentationen; es decir, que no dice como se repite normalmente "no nos dejes caer", si no "no nos induzca" Le pedimos a Dios que no nos induzca o, lo que es lo mismo, que no nos tiente? Por eso no creo, porque en estos hechos encuentro tremendas errores o más bien, contradiciones lógicas. Con lo cual no pretendo entrar en el arrogante terreno de la afirmación o negación de dios - como muchos lo hacen- porque nadie está en posición de hacerlo, sino a poner en duda, o en juicio - como dice la conocida frad "al juicio de dios"- la claridad y veracidad de los hechos principales y de las ideas generales expresadas en la "sagrada" biblia, que es sin lugar a dudas, un libro escrito por hombres y para ellos – es obvio que incluir a dios en la escritura de la biblia es un capricho personal de los religiosos que más que nada, a mi entender, precede ideología de la creencia y no a la evidencia- ni siquiera está basada en razonamientos filosóficos–;
Lo que la religión actual propone en realidad de manera indirecta y casi subliminal - como las propagandas- , es la figura de un Dios que es injusto y determinante, y al cual debemos temerle. ¿qué otra forma más segura tenemos de salvarnos eternamente sino a través de la poderosa institución que es la iglesia? A ella le rendimos cuentas, le hacemos donaciones, le pedimos perdón, etc. Es ella quien controla, en gran medida, la vida de los creyentes y practicantes (o al menos lo hacía, cuando poseía una mayor influencia en el mundo). El mensaje subliminal que nos dice inconcientemente es : “ven a nosotros, hacenos caso porque somos la única forma de dejarte bien parado ante los ojos de Dios - que como había dicho es injusto y determinante-”, es una forma más de control, supongo. Es una manera de imponer un orden social, si se quiere desde ese punto de vista, y de mantener poderosas instituciones religiosas a que existan durante milenios porque, a diferencia de partidos políticos y política en general que se basan en ideologías efímeras y transitorias, la iglesia (al igual que todas las instituciones religiosas), encuentra sus pilares fundamentales en la naturaleza psicológica del hombre; es un mecanismo poderoso que no cambia con el tiempo, a diferencia de las creencias políticas, que pueden variar más de una vez en la vida de una sola persona, desviando así el curso evolutivo de un grupo político hacia su disolución. Es decir, que la iglesia tiene el poder de crear en el hombre una dependencia y hasta una admiracion hacia ella, sin dejar que cambien de opinión o ideología, ya que básicamente su mensaje es de paz y fraternidad. Control y paz. Las “ideas” de la iglesia católica pueden ser adoptadas por cualquier persona, en cualquier época sea cual fuere su religión, pues se trata de conceptos universales. Es, en conclusión, el mejor sistema para impartir orden en la sociedad global. La concentración de dinero y poder que ha venido practicando la iglesia desde que se consolidó como tal, es necesaria. Es una forma de mantener su estructura y de protegerse contra los intereses externos -que son muchos-.
Es una paradoja, porque si tendríamos que elegir entre la "sublime" iglesia y el mundomodenroy actual, elegiriamos la iglesia, ya que por lo menos estamos resguardados, en fraternidad, en paz y totalmente ordenados y controlados. Semejantes cosas puede hacernos una intitución así, no? INCREÍBLE, pero totalmente cierto.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Estética Universal ;
Ensayo Breve
Fragmento del libro Estética Universal de D.A. Maurizzio Maryn; que es un tratado sobre la visión de las bases del arte.
Consideraciones preliminares:
Tantas veces he oído hablar acerca de la belleza de todas las cosas creadas, que ya he perdido la cuenta. Creo que si escribiera una interminable lista, debería multiplicar la inmensa cantidad de veces que he oído tratar este tema por un número bastante grande, y aún así me quedaría corto. Las personas, en general, recorren cada una a su modo el complejo camino de la vida juzgando, entre otras cosas, qué es bello y qué no lo es. Tanto los doctos como los trabajadores más humildes emiten constantemente juicios de naturaleza estética para catalogar, en la bóveda oscura de sus mentes, a los objetos animados e inanimados, ideales o reales, en bellos o feos. Hasta la fecha, no ha llegado a mis oídos una explicación satisfactoria de lo que es la belleza; nadie me ha podido explicar en qué consiste; parece haber una gran confusión en lo que respecta a este asunto tan importante. Es por este motivo que, partiendo de una serie sencilla de axiomas, ideas, experiencias y observaciones, me propongo esclarecer este misterio en pocos párrafos. Veamos qué surge de estas humildes lucubraciones.
En primer lugar, haremos una consideración de carácter abstracto: cuando reflexiono sobre la belleza noto inmediatamente que me hallo ante dos grandes categorías, por demás evidentes: lo bello y lo feo. Al igual que la interacción matemática de un par de vectores, los conceptos “bello” y “feo”, considerados juntos formando un sistema contrapuesto, y representando ambos dos extremos de un mismo esquema, engendran un campo amplio en el cual no sólo se distinguen éstos, sino tambien otros conceptos como: “normal”, “un poco feo”, “bastante bello”, etc. En el caso de los vectores, se suman sus cualidades matemáticas y se crea una resultante. Aquí ocurre lo mismo, pero en vez de vectores, hemos tomado a lo bello y a lo feo como puntos de referencia para el análisis.
De lo anterior fluye sin problemas que los conceptos intermedios (aquellos que se hallan a mitad de camino o en un punto no extremo entre lo bello y lo feo), no son sino distinciones de grado; esto es, son meros números o elementos diferenciados de valores distintos respecto de cada uno de ellos, comprendidos entre el número asignado a lo bello y el asignado a lo feo. Esto es similar a una escala del cero al diez; siendo asignado el cero a lo feo y el diez a la belleza sublime. Viéndolo desde este punto de vista matemático, notamos que el cero representa la ausencia de valor, que sólo puede interpretarse como una carencia de belleza; y el diez se hace valer como “aquello que está tan colmado de belleza, que debemos asignarle la máxima cantidad de puntos en nuestra escala”. Claro que podemos hacer lo mismo con los colores de una paleta. Basta con tomar el blanco y el negro, para definir una compleja gama de grises que pasan de uno de los dos colores opuestos extremos al otro, de un modo idealizado tan gradual como las cadenas numéricas. Si queremos ser aún más caprichosos, podemos tomar formas espaciales y crear mediante transformaciones algebráicas una suave transición de una a otra, representando cada una lo bello y lo feo. Como veremos más adelante, la visión geométrica de la belleza es mucho mas refinada que los ejemplos anteriores; puesto que no hace falta transformar una figura en otra por completo, sino tan sólo alterar una variable en la misma figura sin hacerla desaparecer. En ese caso, nos hallaríamos ante la misma figura, pero con un grado bajo de belleza, o incluso con una prominente fealdad.
Algunos hombres de gran conocimiento, con los que no es mi intención discutir, afirman que la belleza es subjetiva y que no existe un patrón universal para distinguirla verdaderamente. En mis 17 años de vida, sólo he escuchado esta versión de la realidad; sin embargo, intentaré demostrar que hay fuertes razones para creer que la belleza es universal e indiscutible (siempre asumiendo que nos referimos a una belleza universal desde el punto de vista humano; y que sólo en ese esquema de visión es comprensible el concepto de belleza; pues nos vemos, en este caso, confinados a nuestra percepción humana; pero no porque el universo sea subjetivo, sino porque está en nosotros asignar valor a lo bello y quitárselo a lo feo). La estética es una rama fascinante de la filosofía; puesto que nos permite darle sólidas bases racionales al arte. El origen etimológico de la palabra estética, deriva de las voces griegas aistesis (que quiere decir “sentimiento”), e ica (que significa “referente a” o “relativo a”).
Si tomamos las figuras geométricas ideales de la geometría euclidiana –que no existen en el mundo real– notaremos que son ellas sumamente racionales; cada parte se relaciona con la demás de un modo lógico y lineal; sin defectos en el entramado ni “fisuras” en la concatenación de razonamientos que las generan. Así vemos que dos puntos engendran una línea, que si se desplaza en una dirección perpendicular a sí misma, produce un plano, que si se mueve en dirección a una recta normal a su superficie, produce un espacio tridimensional, etc. En este contexto, no sorprende a nadie que sus partes componentes exhiban relaciones racionales entre si. Nosotros tenemos una tendencia natural a proyectar al mundo esas figuras geométricas. Es por eso que no es errado el método que estudia la belleza según las leyes y relaciones de la ciencia del espacio; esto es, la geometría. Claro que entre más compleja y refinada es la geometría que empleamos, más fiel es nuestra descripción de la belleza; al igual que ocurre en las ciencias físicas para describir la realidad.
Primero que nada debemos dejar asentada una definición de belleza a la que llegaremos mediante una serie de simples razonamientos. Una vez alcanzada esa definición, procederé a exponer brevemente un método de mi invención para calcular el grado de belleza aproximado de un objeto; sea este animado o inanimado.
Basándome ahora en mi propio sistema filosófico, diré de modo breve lo siguiente: “La imagen que tenemos del ser y de nuestro universo es real; pero las impresiones que nos hacemos de esa imagen, son relativas a la forma y a la disposición del repertorio de facultades sensibles y dialécticas que poseemos”. La otra máxima que resume mi sistema filosófico es: “nada existe en si y por si, sino que es un elemento más dentro de un sistema que tiene como condición formal la interdependencia (y por lo tanto la sistematicidad)” Esas frases resumen el espíritu de mi sistema filosófico (aunque lejos están de explicarlo). Basándonos en las implicaciones profundas de este sistema filosófico y en unos pocos razonamientos, llegaremos a una definición de belleza que satisfaga a la razón; además de solidificar nuestra visión acerca de los pilares fundamentales del arte.
Yo opino, sin ánimo de contradecir a ninguna persona, ya sea ingeniosa o ingenua, que la belleza no es más que la confluencia de determinados elementos y características en un objeto vivo o inerte. Incluso podemos incluir aquí la belleza que los objetos ideales o de las teorías. En lo que concierne a la belleza de las ideas, puedo demostrar que las personas sanas y bien intencionadas, aman de una buena idea o teoría, lo que hay de sistemático y equilibrado en ella. Considero que, valiéndonos de una buena teoría acerca de la belleza de los cuerpos y fenómenos físicos, podremos llegar incluso a explicar la belleza de las ideas; y por lo tanto, la belleza en si misma como cosa universal y trascendental.
Lo bello parece irradiar cierto atractivo que no puede explicarse sino mediante la razón. ¿Porqué lo bello llama la atención; si su belleza no enaltece el valor práctico del objeto que la exuda? Mi respuesta a esto es la siguiente: “la belleza atrae porque sus características intrínsecas son escasas, raras y notables respecto de aquello que no la posee”. En mi más humilde opinión, lo bello nos atrae por cuestiones intelectuales y biológicas. Nuestro intelecto se ve atraído hacia todo aquello que porta belleza por mera curiosidad; porque sencillamente, nos atrae esa cosa que se destaca del resto por su forma, por su constitución; porque parece frágil y fluido (lo bello nos atrae porque excita primero nuestra curiosidad por ser objetos escasos en su constitución). Es por eso que la reacción primera sea asignarle más valor a aquello que cumple con estas características. No nos sorprende ver un rascacielos ni un avión surcando los aires; puesto que es común y está lejos de ser una experiencia única. Pero cuáles son los elementos que hacen que lo bello llame nuestra atención y nos complazca de cierta manera?
La pregunta anterior exige un análisis cuidadoso de la forma que da a las cosas, ideales o reales, la belleza en cuestión. Tomemos, por ejemplo, una flor en su momento de mayor lozanía y juventud. Tomemos medidas de cada parte, de cada sección. Mirémosla de tantos ángulos como nos permita el espacio; toquémosla, olámosla, veámosla, escuchemos el sonido sedoso que nace al acariciar los pétalos; coloquemos entre nuestros labios una parte de ella y rocémosla con la lengua. Anotemos todo lo que nos haga sentir y pensar. Pero no caigamos en la poesía, puesto que a veces se aleja de la objetividad. La poesía es hermosa cuando uno desea dar rienda suelta a la imaginación expresiva; pero no sirve a ningún propósito para fines científicos (debe ser por eso que el gran Goethe no la usaba para escribir sus trabajos científicos). Ahora bien, hemos cargado los sentidos y la mente con una enorme cantidad de datos acerca del objeto que creemos bello; en este caso, una flor fresca. ¿Qué nos dice la razón de todo esto? Pues no puede sino ver que cada pieza del sistema “flor” hace a la otra. Cada parte hace al todo y el todo hace a la parte. Cada pieza se relaciona con las demás de un modo simétrico racional; puede decirse que existe un “feedback” entre el todo y la parte. Se trata de un sistema cerrado que necesita tanto del detalle como de lo general para tener sentido; estamos ante un ente que denota características geométricas claramente definidas. De esto deduzco que existen dos formas fundamentales en el universo para forjar las cosas que existen: la propiedad que llamo “aditiva”, y la que denomino “sistemática”. La “propiedad aditiva”, como su nombre sugiere, hace referencia a todo aquello que puede explicarse y describirse como una mera suma de partes (una molécula, una montaña, una estrella, una computadora, un automóvil, etc.). por otro lado tenemos la “propiedad sistemática”, que consiste en la “forma” de un objeto que muestra una interdependencia entre sus partes (por ejemplo, cualquier organismo vivo o cualquier cosa viva o inerte que demuestre belleza indiscutible). Lo bello, como he dicho, es aquello que representa la sistematicidad con claridad. Las curvas voluptuosas de una mujer, que tanto trabajo me ha tomado representar (y dejar de desear), se relacionan entre si de modo sistemático. Ninguna es bella si no está en compleja y equilibrada relación con todas las demás (como artista plástico puedo dar fe de ello; y como científico, puedo demostrarlo).
Ante esto, puedo decir ahora, con bastante seguridad, que la sistematicidad es la base de la belleza, y que existen dos clases de jerarquías sistemáticas, a saber: aquella básica que sólo describe de modo abstracto la relación entre elementos; y aquella suprema que se verifica en la práctica en cualquier organismo (a mis ojos “sistema”), que pueda ser denominado vivo. La primera sólo sirve como descripción abstracta o como lenguaje para nuestra concepción mental de lo bello o lo vivo; la segunda, hace referencia directa a la vida en si misma. Como vemos, la propiedad sistemática, a diferencia de la aditiva, explica la vida y todo lo complejo que colma el universo, de modo más perfecto que la aditiva. Esto es así, porque nunca hemos podido explicar lo vivo o lo bello mediante la lógica lineal y la matemática. Tampoco nos ha servido de mucho el lenguaje; puesto que esas disciplinas intelectuales lejos están de ser sistemáticas (esto quiere decir que toman como base la sumatoria de elementos aislados y no la relación entre los mismos, o sea, ello que llamo sistematicidad). Pero esto es para una profunda discusión que no tiene cabida en este ensayo y que ya he tratado en mi libro de filosofía “A la Luz de la Razón”. Lo que importa aquí, es que ya tengo un modo de entender la belleza (y lo vivo), que arroja claridad sobre este confuso y, en apariencia, subjetivo campo.
Según mis estudios, he podido comprobar que el rostro humano muestra que puede descomponerse en una serie de figuras geométricas cada vez más simples; hasta terminar en la más sencilla de todas: el triángulo. Como es sabido, en geometría euclidiana hay tres clases de triángulos, que son polígonos de tres lados, a saber: los equiláteros (tres lados iguales), los isósceles (dos lados iguales y uno diferente), y los escalenos (todos los lados diferentes en cuanto a longitud). Para cumplir con el criterio de sistematicidad que he enunciado antes, lo bello debe encajar en una descripción matemática rigurosa que contemple no a la suma de las partes, sino a la relación entre ellas (o lo que es lo mismo, debe cumplir con la propiedad sistemática y no con la aditiva).
En efecto, he descubierto que el triángulo equilátero muestra una extraña propiedad que he hallado tambien en todas las demás figuras geométricas sin importar su nivel de complejidad. Hay un número fundamental que parece ser la base de las figuras geométricas. Ese mismo número, que es invariante frente a transformaciones lineales y es constante en todas las figuras cualquiera sea naturaleza.
En el caso del triángulo equilátero, si dividimos uno de sus lados por la bisectriz adyacente al ángulo comprendido entre dicho lado y el vecino (que engendran el ángulo interno, se obtienen un número aproximado que es 1,617. dicho número no varía con el tamaño del triángulo equilátero.
Imaginen ahora, el triángulo que se forma con los tres puntos comprendidos entre el centro de las pupilas de los ojos y la base del bulbo de la nariz. Es un triángulo casi perfecto que cumple con la propiedad matemática que mencioné antes. Lo mismo ocurre con las comisuras de la boca y el centro de la nariz; también se ve en las puntas de la mandíbula y el entrecejo. Pero no nos detengamos aquí; continuemos buscando esta figura maravillosa en las puntas de los hombros y el punto máximo de la parte superior del cráneo; en los puntos que educen de las tetillas y que confluyen en la punta del esternón; o los que se ubican en las puntas de los hombros y el ombligo. Hay tantos triángulos de estos en un cuerpo bello, que puedo seguir durante varias páginas. Pero esto no termina con estas sencillas observaciones; podemos ahora refinar aún más el experimento mental y comenzar a entrar en la matemática de los fractales. Podemos extender estos razonamientos de un espacio plano hacia el espacio tridimensional mediante una serie de algoritmos o mediante una iteración de operaciones matemáticas básicas (fractales). Notamos que desde cualquier punto del espacio desde el que analicemos esto, nos encontramos con estas relaciones.
Como vemos, estas propiedades son constantes que se hallan en todo lo bello, a todo esto debemos sumarle mi principio de sistematicidad, o propiedad sistemática; y veremos que toda obra bella, sea hecha por el hombre o por el universo, cumple con estas formas. De modo que diré aquí que: “Todo lo bello es un sistema de coherencia, unidad y simetría interna”.
A esta altura del análisis, podemos ya comenzar a distinguir dos jerarquías de belleza, a saber: la belleza superficial y la belleza profunda. La primera exige al objeto que la porta, una sistematicidad parcial; esto es, debe el objeto cumplir con ciertas relaciones generales propias de lo sistemático y simétrico; aunque no necesariamente sus partes deben guardar una perfecta relación de dependencia entre si. Este tipo de belleza creo hallarla en aquellas cosas llamadas lindas o, como también las denomino yo, “accidentalmente bellas”. Esto puede verse en un boceto ágil, en un primer esbozo de escultura, en un feliz accidente geológico, etc. La segunda jerarquía es la belleza profunda. Esta característica exige que el objeto sea perfectamente racional en su constitución, que cumpla con el criterio de sistematicidad que mencioné antes, que guarde una perfecta relación entre todas sus partes (y aquí incluyo a los colores, gamas y texturas, que se relacionan entre sí mediante las mismas formas sistemáticas y racionales que hemos adjudicado a las formas geométricas que surgen espontáneamente del cuerpo bello).
Como he dicho antes, las ideas y teorías, los conceptos y las abstracciones también pueden tener belleza; puesto que todo lo que estos elementos tengan de sistemático y racional, engendran la belleza (en este caso abstracta, puesto que no se percibe en un objeto corpóreo). A la luz de estas reflexiones observamos que la belleza es un objeto mental; es algo propio de nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, no caemos en la más estúpida subjetividad, debido a que esa belleza encuentra sus causas en la naturaleza organizada de los objetos o ideas que la contienen.
Una abrumadora mayoría de los intelectuales y de la gente común, confunde constantemente belleza con preferencia personal. A este dilema respondo lo siguiente: “no es bello lo que gusta, sino lo que cumple con la descripción antes mencionada; los gustos de los individuos son independientes de la belleza; aunque en la gran mayoría de los casos, la belleza lidera la lista de preferencias”. Según esto, se hace evidente de modo teórico (y se verifica en la realidad), que lo bello no necesariamente corre por el mismo sendero de las preferencias de los individuos. A veces, algunos se ven atraídos por objetos que en nada pueden ser denominados bellos. Algunas personas se ven atraídas sexualmente por otras que están lejos de cumplir con los requisitos mencionados antes (y aquí vale la “belleza superficial de la que hablé antes, puesto que las personas poco bellas que son objeto de deseo de otras, cumplen en alguna forma con el primer grado de belleza; poseen algún tipo de voluptuosidad que no necesariamente puede ser denominada “bella”).
Es preciso dejar bien en claro que los gustos personales están influenciados por la cultura y por el entorno, como así también por predisposiciones genéticas. Estos elementos de influencia, pueden ser vistos como vectores que interactúan entre sí dentro de un sistema unido (que puede interpretarse como el individuo). Dichos vectores, integrados y ponderados en su conjunto, producen una resultante, que va a interpretarse en este caso como el “gusto” individual.
Puede que las características psicológicas inherentes al sujeto lo alejen de lo bello; pero eso no significa que la belleza sea subjetiva, o que no exista. Yo puedo no preferir un Mercedes-Benz; puede no gustarme, no atraerme, pero no significa que su belleza no exista. Si compara un auto inferior (de mi preferencia) con el Mercedes-Benz, lo más probable es que el último cumpla con algunos de los criterios que mencioné antes.
El gusto no define la belleza. Es por eso que las obras de arte y todos los productos de origen natural o humano, como así también las personas, deben ser juzgados en términos racionales para poder ser catalogados como bellos o como feos. El arte de los grandes maestros es universal, debido a que cumple maravillosamente con lo anterior. Todo lo que se aleje de la expresividad, la funcionalidad, la sistematicidad, la coherencia interna, la relación de simbiosis entre el todo y las partes, la racionalidad de la constitución, y la armonía, no es bello. Por consiguiente, no es arte.
Continuará….
Fragmento del libro Estética Universal de D.A. Maurizzio Maryn; que es un tratado sobre la visión de las bases del arte.
Consideraciones preliminares:
Tantas veces he oído hablar acerca de la belleza de todas las cosas creadas, que ya he perdido la cuenta. Creo que si escribiera una interminable lista, debería multiplicar la inmensa cantidad de veces que he oído tratar este tema por un número bastante grande, y aún así me quedaría corto. Las personas, en general, recorren cada una a su modo el complejo camino de la vida juzgando, entre otras cosas, qué es bello y qué no lo es. Tanto los doctos como los trabajadores más humildes emiten constantemente juicios de naturaleza estética para catalogar, en la bóveda oscura de sus mentes, a los objetos animados e inanimados, ideales o reales, en bellos o feos. Hasta la fecha, no ha llegado a mis oídos una explicación satisfactoria de lo que es la belleza; nadie me ha podido explicar en qué consiste; parece haber una gran confusión en lo que respecta a este asunto tan importante. Es por este motivo que, partiendo de una serie sencilla de axiomas, ideas, experiencias y observaciones, me propongo esclarecer este misterio en pocos párrafos. Veamos qué surge de estas humildes lucubraciones.
En primer lugar, haremos una consideración de carácter abstracto: cuando reflexiono sobre la belleza noto inmediatamente que me hallo ante dos grandes categorías, por demás evidentes: lo bello y lo feo. Al igual que la interacción matemática de un par de vectores, los conceptos “bello” y “feo”, considerados juntos formando un sistema contrapuesto, y representando ambos dos extremos de un mismo esquema, engendran un campo amplio en el cual no sólo se distinguen éstos, sino tambien otros conceptos como: “normal”, “un poco feo”, “bastante bello”, etc. En el caso de los vectores, se suman sus cualidades matemáticas y se crea una resultante. Aquí ocurre lo mismo, pero en vez de vectores, hemos tomado a lo bello y a lo feo como puntos de referencia para el análisis.
De lo anterior fluye sin problemas que los conceptos intermedios (aquellos que se hallan a mitad de camino o en un punto no extremo entre lo bello y lo feo), no son sino distinciones de grado; esto es, son meros números o elementos diferenciados de valores distintos respecto de cada uno de ellos, comprendidos entre el número asignado a lo bello y el asignado a lo feo. Esto es similar a una escala del cero al diez; siendo asignado el cero a lo feo y el diez a la belleza sublime. Viéndolo desde este punto de vista matemático, notamos que el cero representa la ausencia de valor, que sólo puede interpretarse como una carencia de belleza; y el diez se hace valer como “aquello que está tan colmado de belleza, que debemos asignarle la máxima cantidad de puntos en nuestra escala”. Claro que podemos hacer lo mismo con los colores de una paleta. Basta con tomar el blanco y el negro, para definir una compleja gama de grises que pasan de uno de los dos colores opuestos extremos al otro, de un modo idealizado tan gradual como las cadenas numéricas. Si queremos ser aún más caprichosos, podemos tomar formas espaciales y crear mediante transformaciones algebráicas una suave transición de una a otra, representando cada una lo bello y lo feo. Como veremos más adelante, la visión geométrica de la belleza es mucho mas refinada que los ejemplos anteriores; puesto que no hace falta transformar una figura en otra por completo, sino tan sólo alterar una variable en la misma figura sin hacerla desaparecer. En ese caso, nos hallaríamos ante la misma figura, pero con un grado bajo de belleza, o incluso con una prominente fealdad.
Algunos hombres de gran conocimiento, con los que no es mi intención discutir, afirman que la belleza es subjetiva y que no existe un patrón universal para distinguirla verdaderamente. En mis 17 años de vida, sólo he escuchado esta versión de la realidad; sin embargo, intentaré demostrar que hay fuertes razones para creer que la belleza es universal e indiscutible (siempre asumiendo que nos referimos a una belleza universal desde el punto de vista humano; y que sólo en ese esquema de visión es comprensible el concepto de belleza; pues nos vemos, en este caso, confinados a nuestra percepción humana; pero no porque el universo sea subjetivo, sino porque está en nosotros asignar valor a lo bello y quitárselo a lo feo). La estética es una rama fascinante de la filosofía; puesto que nos permite darle sólidas bases racionales al arte. El origen etimológico de la palabra estética, deriva de las voces griegas aistesis (que quiere decir “sentimiento”), e ica (que significa “referente a” o “relativo a”).
Si tomamos las figuras geométricas ideales de la geometría euclidiana –que no existen en el mundo real– notaremos que son ellas sumamente racionales; cada parte se relaciona con la demás de un modo lógico y lineal; sin defectos en el entramado ni “fisuras” en la concatenación de razonamientos que las generan. Así vemos que dos puntos engendran una línea, que si se desplaza en una dirección perpendicular a sí misma, produce un plano, que si se mueve en dirección a una recta normal a su superficie, produce un espacio tridimensional, etc. En este contexto, no sorprende a nadie que sus partes componentes exhiban relaciones racionales entre si. Nosotros tenemos una tendencia natural a proyectar al mundo esas figuras geométricas. Es por eso que no es errado el método que estudia la belleza según las leyes y relaciones de la ciencia del espacio; esto es, la geometría. Claro que entre más compleja y refinada es la geometría que empleamos, más fiel es nuestra descripción de la belleza; al igual que ocurre en las ciencias físicas para describir la realidad.
Primero que nada debemos dejar asentada una definición de belleza a la que llegaremos mediante una serie de simples razonamientos. Una vez alcanzada esa definición, procederé a exponer brevemente un método de mi invención para calcular el grado de belleza aproximado de un objeto; sea este animado o inanimado.
Basándome ahora en mi propio sistema filosófico, diré de modo breve lo siguiente: “La imagen que tenemos del ser y de nuestro universo es real; pero las impresiones que nos hacemos de esa imagen, son relativas a la forma y a la disposición del repertorio de facultades sensibles y dialécticas que poseemos”. La otra máxima que resume mi sistema filosófico es: “nada existe en si y por si, sino que es un elemento más dentro de un sistema que tiene como condición formal la interdependencia (y por lo tanto la sistematicidad)” Esas frases resumen el espíritu de mi sistema filosófico (aunque lejos están de explicarlo). Basándonos en las implicaciones profundas de este sistema filosófico y en unos pocos razonamientos, llegaremos a una definición de belleza que satisfaga a la razón; además de solidificar nuestra visión acerca de los pilares fundamentales del arte.
Yo opino, sin ánimo de contradecir a ninguna persona, ya sea ingeniosa o ingenua, que la belleza no es más que la confluencia de determinados elementos y características en un objeto vivo o inerte. Incluso podemos incluir aquí la belleza que los objetos ideales o de las teorías. En lo que concierne a la belleza de las ideas, puedo demostrar que las personas sanas y bien intencionadas, aman de una buena idea o teoría, lo que hay de sistemático y equilibrado en ella. Considero que, valiéndonos de una buena teoría acerca de la belleza de los cuerpos y fenómenos físicos, podremos llegar incluso a explicar la belleza de las ideas; y por lo tanto, la belleza en si misma como cosa universal y trascendental.
Lo bello parece irradiar cierto atractivo que no puede explicarse sino mediante la razón. ¿Porqué lo bello llama la atención; si su belleza no enaltece el valor práctico del objeto que la exuda? Mi respuesta a esto es la siguiente: “la belleza atrae porque sus características intrínsecas son escasas, raras y notables respecto de aquello que no la posee”. En mi más humilde opinión, lo bello nos atrae por cuestiones intelectuales y biológicas. Nuestro intelecto se ve atraído hacia todo aquello que porta belleza por mera curiosidad; porque sencillamente, nos atrae esa cosa que se destaca del resto por su forma, por su constitución; porque parece frágil y fluido (lo bello nos atrae porque excita primero nuestra curiosidad por ser objetos escasos en su constitución). Es por eso que la reacción primera sea asignarle más valor a aquello que cumple con estas características. No nos sorprende ver un rascacielos ni un avión surcando los aires; puesto que es común y está lejos de ser una experiencia única. Pero cuáles son los elementos que hacen que lo bello llame nuestra atención y nos complazca de cierta manera?
La pregunta anterior exige un análisis cuidadoso de la forma que da a las cosas, ideales o reales, la belleza en cuestión. Tomemos, por ejemplo, una flor en su momento de mayor lozanía y juventud. Tomemos medidas de cada parte, de cada sección. Mirémosla de tantos ángulos como nos permita el espacio; toquémosla, olámosla, veámosla, escuchemos el sonido sedoso que nace al acariciar los pétalos; coloquemos entre nuestros labios una parte de ella y rocémosla con la lengua. Anotemos todo lo que nos haga sentir y pensar. Pero no caigamos en la poesía, puesto que a veces se aleja de la objetividad. La poesía es hermosa cuando uno desea dar rienda suelta a la imaginación expresiva; pero no sirve a ningún propósito para fines científicos (debe ser por eso que el gran Goethe no la usaba para escribir sus trabajos científicos). Ahora bien, hemos cargado los sentidos y la mente con una enorme cantidad de datos acerca del objeto que creemos bello; en este caso, una flor fresca. ¿Qué nos dice la razón de todo esto? Pues no puede sino ver que cada pieza del sistema “flor” hace a la otra. Cada parte hace al todo y el todo hace a la parte. Cada pieza se relaciona con las demás de un modo simétrico racional; puede decirse que existe un “feedback” entre el todo y la parte. Se trata de un sistema cerrado que necesita tanto del detalle como de lo general para tener sentido; estamos ante un ente que denota características geométricas claramente definidas. De esto deduzco que existen dos formas fundamentales en el universo para forjar las cosas que existen: la propiedad que llamo “aditiva”, y la que denomino “sistemática”. La “propiedad aditiva”, como su nombre sugiere, hace referencia a todo aquello que puede explicarse y describirse como una mera suma de partes (una molécula, una montaña, una estrella, una computadora, un automóvil, etc.). por otro lado tenemos la “propiedad sistemática”, que consiste en la “forma” de un objeto que muestra una interdependencia entre sus partes (por ejemplo, cualquier organismo vivo o cualquier cosa viva o inerte que demuestre belleza indiscutible). Lo bello, como he dicho, es aquello que representa la sistematicidad con claridad. Las curvas voluptuosas de una mujer, que tanto trabajo me ha tomado representar (y dejar de desear), se relacionan entre si de modo sistemático. Ninguna es bella si no está en compleja y equilibrada relación con todas las demás (como artista plástico puedo dar fe de ello; y como científico, puedo demostrarlo).
Ante esto, puedo decir ahora, con bastante seguridad, que la sistematicidad es la base de la belleza, y que existen dos clases de jerarquías sistemáticas, a saber: aquella básica que sólo describe de modo abstracto la relación entre elementos; y aquella suprema que se verifica en la práctica en cualquier organismo (a mis ojos “sistema”), que pueda ser denominado vivo. La primera sólo sirve como descripción abstracta o como lenguaje para nuestra concepción mental de lo bello o lo vivo; la segunda, hace referencia directa a la vida en si misma. Como vemos, la propiedad sistemática, a diferencia de la aditiva, explica la vida y todo lo complejo que colma el universo, de modo más perfecto que la aditiva. Esto es así, porque nunca hemos podido explicar lo vivo o lo bello mediante la lógica lineal y la matemática. Tampoco nos ha servido de mucho el lenguaje; puesto que esas disciplinas intelectuales lejos están de ser sistemáticas (esto quiere decir que toman como base la sumatoria de elementos aislados y no la relación entre los mismos, o sea, ello que llamo sistematicidad). Pero esto es para una profunda discusión que no tiene cabida en este ensayo y que ya he tratado en mi libro de filosofía “A la Luz de la Razón”. Lo que importa aquí, es que ya tengo un modo de entender la belleza (y lo vivo), que arroja claridad sobre este confuso y, en apariencia, subjetivo campo.
Según mis estudios, he podido comprobar que el rostro humano muestra que puede descomponerse en una serie de figuras geométricas cada vez más simples; hasta terminar en la más sencilla de todas: el triángulo. Como es sabido, en geometría euclidiana hay tres clases de triángulos, que son polígonos de tres lados, a saber: los equiláteros (tres lados iguales), los isósceles (dos lados iguales y uno diferente), y los escalenos (todos los lados diferentes en cuanto a longitud). Para cumplir con el criterio de sistematicidad que he enunciado antes, lo bello debe encajar en una descripción matemática rigurosa que contemple no a la suma de las partes, sino a la relación entre ellas (o lo que es lo mismo, debe cumplir con la propiedad sistemática y no con la aditiva).
En efecto, he descubierto que el triángulo equilátero muestra una extraña propiedad que he hallado tambien en todas las demás figuras geométricas sin importar su nivel de complejidad. Hay un número fundamental que parece ser la base de las figuras geométricas. Ese mismo número, que es invariante frente a transformaciones lineales y es constante en todas las figuras cualquiera sea naturaleza.
En el caso del triángulo equilátero, si dividimos uno de sus lados por la bisectriz adyacente al ángulo comprendido entre dicho lado y el vecino (que engendran el ángulo interno, se obtienen un número aproximado que es 1,617. dicho número no varía con el tamaño del triángulo equilátero.
Imaginen ahora, el triángulo que se forma con los tres puntos comprendidos entre el centro de las pupilas de los ojos y la base del bulbo de la nariz. Es un triángulo casi perfecto que cumple con la propiedad matemática que mencioné antes. Lo mismo ocurre con las comisuras de la boca y el centro de la nariz; también se ve en las puntas de la mandíbula y el entrecejo. Pero no nos detengamos aquí; continuemos buscando esta figura maravillosa en las puntas de los hombros y el punto máximo de la parte superior del cráneo; en los puntos que educen de las tetillas y que confluyen en la punta del esternón; o los que se ubican en las puntas de los hombros y el ombligo. Hay tantos triángulos de estos en un cuerpo bello, que puedo seguir durante varias páginas. Pero esto no termina con estas sencillas observaciones; podemos ahora refinar aún más el experimento mental y comenzar a entrar en la matemática de los fractales. Podemos extender estos razonamientos de un espacio plano hacia el espacio tridimensional mediante una serie de algoritmos o mediante una iteración de operaciones matemáticas básicas (fractales). Notamos que desde cualquier punto del espacio desde el que analicemos esto, nos encontramos con estas relaciones.
Como vemos, estas propiedades son constantes que se hallan en todo lo bello, a todo esto debemos sumarle mi principio de sistematicidad, o propiedad sistemática; y veremos que toda obra bella, sea hecha por el hombre o por el universo, cumple con estas formas. De modo que diré aquí que: “Todo lo bello es un sistema de coherencia, unidad y simetría interna”.
A esta altura del análisis, podemos ya comenzar a distinguir dos jerarquías de belleza, a saber: la belleza superficial y la belleza profunda. La primera exige al objeto que la porta, una sistematicidad parcial; esto es, debe el objeto cumplir con ciertas relaciones generales propias de lo sistemático y simétrico; aunque no necesariamente sus partes deben guardar una perfecta relación de dependencia entre si. Este tipo de belleza creo hallarla en aquellas cosas llamadas lindas o, como también las denomino yo, “accidentalmente bellas”. Esto puede verse en un boceto ágil, en un primer esbozo de escultura, en un feliz accidente geológico, etc. La segunda jerarquía es la belleza profunda. Esta característica exige que el objeto sea perfectamente racional en su constitución, que cumpla con el criterio de sistematicidad que mencioné antes, que guarde una perfecta relación entre todas sus partes (y aquí incluyo a los colores, gamas y texturas, que se relacionan entre sí mediante las mismas formas sistemáticas y racionales que hemos adjudicado a las formas geométricas que surgen espontáneamente del cuerpo bello).
Como he dicho antes, las ideas y teorías, los conceptos y las abstracciones también pueden tener belleza; puesto que todo lo que estos elementos tengan de sistemático y racional, engendran la belleza (en este caso abstracta, puesto que no se percibe en un objeto corpóreo). A la luz de estas reflexiones observamos que la belleza es un objeto mental; es algo propio de nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, no caemos en la más estúpida subjetividad, debido a que esa belleza encuentra sus causas en la naturaleza organizada de los objetos o ideas que la contienen.
Una abrumadora mayoría de los intelectuales y de la gente común, confunde constantemente belleza con preferencia personal. A este dilema respondo lo siguiente: “no es bello lo que gusta, sino lo que cumple con la descripción antes mencionada; los gustos de los individuos son independientes de la belleza; aunque en la gran mayoría de los casos, la belleza lidera la lista de preferencias”. Según esto, se hace evidente de modo teórico (y se verifica en la realidad), que lo bello no necesariamente corre por el mismo sendero de las preferencias de los individuos. A veces, algunos se ven atraídos por objetos que en nada pueden ser denominados bellos. Algunas personas se ven atraídas sexualmente por otras que están lejos de cumplir con los requisitos mencionados antes (y aquí vale la “belleza superficial de la que hablé antes, puesto que las personas poco bellas que son objeto de deseo de otras, cumplen en alguna forma con el primer grado de belleza; poseen algún tipo de voluptuosidad que no necesariamente puede ser denominada “bella”).
Es preciso dejar bien en claro que los gustos personales están influenciados por la cultura y por el entorno, como así también por predisposiciones genéticas. Estos elementos de influencia, pueden ser vistos como vectores que interactúan entre sí dentro de un sistema unido (que puede interpretarse como el individuo). Dichos vectores, integrados y ponderados en su conjunto, producen una resultante, que va a interpretarse en este caso como el “gusto” individual.
Puede que las características psicológicas inherentes al sujeto lo alejen de lo bello; pero eso no significa que la belleza sea subjetiva, o que no exista. Yo puedo no preferir un Mercedes-Benz; puede no gustarme, no atraerme, pero no significa que su belleza no exista. Si compara un auto inferior (de mi preferencia) con el Mercedes-Benz, lo más probable es que el último cumpla con algunos de los criterios que mencioné antes.
El gusto no define la belleza. Es por eso que las obras de arte y todos los productos de origen natural o humano, como así también las personas, deben ser juzgados en términos racionales para poder ser catalogados como bellos o como feos. El arte de los grandes maestros es universal, debido a que cumple maravillosamente con lo anterior. Todo lo que se aleje de la expresividad, la funcionalidad, la sistematicidad, la coherencia interna, la relación de simbiosis entre el todo y las partes, la racionalidad de la constitución, y la armonía, no es bello. Por consiguiente, no es arte.
Continuará….
viernes, 20 de noviembre de 2009
http://jazzbarrial.blogspot.com/ ( se supone que es un link )
Sssssí señoras y señores, ladies and gentleman, están a la presencia de mi hermana Chota, la loca de la cabeza rapada.. sí, esa misma! La que puede hacerme sonreír con solo mirarme, y con solo publicar algo en su blog. No se pierdan sus intrépidas lunáticadas y su personalidad, en : http://jazzbarrial.blogspot.com//, y cualquier cosa, bordoliina.25@hotmail.com , totalmente disponible, totalmente desquiciada ;)
Nos vemos en casita, en ese lugar Valle, en casa, en el Sims3, a la misma hora ( mentira que no sé ni dónde vivo )
Sssssí señoras y señores, ladies and gentleman, están a la presencia de mi hermana Chota, la loca de la cabeza rapada.. sí, esa misma! La que puede hacerme sonreír con solo mirarme, y con solo publicar algo en su blog. No se pierdan sus intrépidas lunáticadas y su personalidad, en : http://jazzbarrial.blogspot.com//, y cualquier cosa, bordoliina.25@hotmail.com , totalmente disponible, totalmente desquiciada ;)
Nos vemos en casita, en ese lugar Valle, en casa, en el Sims3, a la misma hora ( mentira que no sé ni dónde vivo )
[ AJAJAJ ]
VOS, definitivamente, SABÉS ;)
Adolescencia Precoz;
Grande por fuera. Una nena por dentro. Todas de chiquitas tenemos la esperanza, o la simple fantasía de parecer más grandes y de hacernos mas maduras - no nos damos cuenta que haciendo eso demostramos más la hilacha.. seguimos siendo niñas- Algunas recurren a la ropa. Dejan de usar esos enteritos que las hacían unas dulces y le daban ese toque de ternura que solo una nena con dos colitas te da. Empiezan a usar polleras de adolescentes, a usar tops.. jeans ajustados, remeras escotadas, botas de mujer.. y son solo unas niñas.
Otras recurren al peinado, y otras al maquillaje.. pero qué pasa cuando recurren al cigarrillo? a la salida nocturna, a la droga, al sexo, a otros recursos que ya cruzan la línea de lo "sano" - por así decirlo - Hoy la vemos a ella. Una nena, tendrá alrededor de 11 años. Vestidito blanco, denota que no tiene más de 12 años, a grandes razgos. Un ciego, con los ojos tapados y a 10 cuadras se da cuenta de lo que intenta aparentar. Pelo alborotado. Facciones chiquitas. Expresión - supuesta - de adulta. Cigarro en mano.. cómo dijiste? Si, cigarro en mano. Hoy está en día está lleno de chicas como ella. Que andan por la vida intentando de pertenecer y de sentirse algo más, y todo por fumarse un cigarrillo. Que equivocada la juventud.. pero ojito, todos tuvimos esa época, sabemos que es lo que se siente, que cosas podemos hacer. Pero ya está muy exagerado. Estamos a la presencia de una adolescencia precoz, donde las supuestas adolescentes son solo nenas, y las mujeres son adolescentes.. y cada vez, hay madres más jóvenes, y cafa vez hay abuelas más jóvenes, y así sucesivamente. Qué es lo que nos está pasando? Nos está pasando la vida por encima, solo eso.
Estética Universal ;
by D.A. Maurizzio Maryn. Un genio.
Las personas, en general, recorren cada una a su modo el complejo camino de la vida juzgando, entre otras cosas, qué es bello y qué no lo es. Tanto los doctos como los trabajadores más humildes emiten constantemente juicios de naturaleza estética para catalogar, en la bóveda oscura de sus mentes, a los objetos animados e inanimados, ideales o reales, en bellos o feos. Hasta la fecha, no ha llegado a mis oídos una explicación satisfactoria de lo que es la belleza; nadie me ha podido explicar en qué consiste; parece haber una gran confusión en lo que respecta a este asunto tan importante. Es por este motivo que, partiendo de una serie sencilla de axiomas, ideas, experiencias y observaciones, me propongo esclarecer este misterio en pocos párrafos. Veamos qué surge de estas humildes lucubraciones.
En primer lugar, haremos una consideración de carácter abstracto: cuando reflexiono sobre la belleza noto inmediatamente que me hallo ante dos grandes categorías, por demás evidentes: lo bello y lo feo. Al igual que la interacción matemática de un par de vectores, los conceptos “bello” y “feo”, considerados juntos formando un sistema contrapuesto, y representando ambos dos extremos de un mismo esquema, engendran un campo amplio en el cual no sólo se distinguen éstos, sino tambien otros conceptos como: “normal”, “un poco feo”, “bastante bello”, etc. En el caso de los vectores, se suman sus cualidades matemáticas y se crea una resultante. Aquí ocurre lo mismo, pero en vez de vectores, hemos tomado a lo bello y a lo feo como puntos de referencia para el análisis.
De lo anterior fluye sin problemas que los conceptos intermedios (aquellos que se hallan a mitad de camino o en un punto no extremo entre lo bello y lo feo), no son sino distinciones de grado; esto es, son meros números o elementos diferenciados de valores distintos respecto de cada uno de ellos, comprendidos entre el número asignado a lo bello y el asignado a lo feo. Esto es similar a una escala del cero al diez; siendo asignado el cero a lo feo y el diez a la belleza sublime. Viéndolo desde este punto de vista matemático, notamos que el cero representa la ausencia de valor, que sólo puede interpretarse como una carencia de belleza; y el diez se hace valer como “aquello que está tan colmado de belleza, que debemos asignarle la máxima cantidad de puntos en nuestra escala”. Claro que podemos hacer lo mismo con los colores de una paleta. Basta con tomar el blanco y el negro, para definir una compleja gama de grises que pasan de uno de los dos colores opuestos extremos al otro, de un modo idealizado tan gradual como las cadenas numéricas. Si queremos ser aún más caprichosos, podemos tomar formas espaciales y crear mediante transformaciones algebráicas una suave transición de una a otra, representando cada una lo bello y lo feo. Como veremos más adelante, la visión geométrica de la belleza es mucho mas refinada que los ejemplos anteriores; puesto que no hace falta transformar una figura en otra por completo, sino tan sólo alterar una variable en la misma figura sin hacerla desaparecer. En ese caso, nos hallaríamos ante la misma figura, pero con un grado bajo de belleza, o incluso con una prominente fealdad.
Algunos hombres de gran conocimiento, con los que no es mi intención discutir, afirman que la belleza es subjetiva y que no existe un patrón universal para distinguirla verdaderamente. En mis 17 años de vida, sólo he escuchado esta versión de la realidad; sin embargo, intentaré demostrar que hay fuertes razones para creer que la belleza es universal e indiscutible (siempre asumiendo que nos referimos a una belleza universal desde el punto de vista humano; y que sólo en ese esquema de visión es comprensible el concepto de belleza; pues nos vemos, en este caso, confinados a nuestra percepción humana; pero no porque el universo sea subjetivo, sino porque está en nosotros asignar valor a lo bello y quitárselo a lo feo). La estética es una rama fascinante de la filosofía; puesto que nos permite darle sólidas bases racionales al arte. El origen etimológico de la palabra estética, deriva de las voces griegas aistesis (que quiere decir “sentimiento”), e ica (que significa “referente a” o “relativo a”).
Si tomamos las figuras geométricas ideales de la geometría euclidiana –que no existen en el mundo real– notaremos que son ellas sumamente racionales; cada parte se relaciona con la demás de un modo lógico y lineal; sin defectos en el entramado ni “fisuras” en la concatenación de razonamientos que las generan. Así vemos que dos puntos engendran una línea, que si se desplaza en una dirección perpendicular a sí misma, produce un plano, que si se mueve en dirección a una recta normal a su superficie, produce un espacio tridimensional, etc. En este contexto, no sorprende a nadie que sus partes componentes exhiban relaciones racionales entre si. Nosotros tenemos una tendencia natural a proyectar al mundo esas figuras geométricas. Es por eso que no es errado el método que estudia la belleza según las leyes y relaciones de la ciencia del espacio; esto es, la geometría. Claro que entre más compleja y refinada es la geometría que empleamos, más fiel es nuestra descripción de la belleza; al igual que ocurre en las ciencias físicas para describir la realidad.
Primero que nada debemos dejar asentada una definición de belleza a la que llegaremos mediante una serie de simples razonamientos. Una vez alcanzada esa definición, procederé a exponer brevemente un método de mi invención para calcular el grado de belleza aproximado de un objeto; sea este animado o inanimado.
Basándome ahora en mi propio sistema filosófico, diré de modo breve lo siguiente: “La imagen que tenemos del ser y de nuestro universo es real; pero las impresiones que nos hacemos de esa imagen, son relativas a la forma y a la disposición del repertorio de facultades sensibles y dialécticas que poseemos”. La otra máxima que resume mi sistema filosófico es: “nada existe en si y por si, sino que es un elemento más dentro de un sistema que tiene como condición formal la interdependencia (y por lo tanto la sistematicidad)” Esas frases resumen el espíritu de mi sistema filosófico (aunque lejos están de explicarlo). Basándonos en las implicaciones profundas de este sistema filosófico y en unos pocos razonamientos, llegaremos a una definición de belleza que satisfaga a la razón; además de solidificar nuestra visión acerca de los pilares fundamentales del arte.
Yo opino, sin ánimo de contradecir a ninguna persona, ya sea ingeniosa o ingenua, que la belleza no es más que la confluencia de determinados elementos y características en un objeto vivo o inerte. Incluso podemos incluir aquí la belleza que los objetos ideales o de las teorías. En lo que concierne a la belleza de las ideas, puedo demostrar que las personas sanas y bien intencionadas, aman de una buena idea o teoría, lo que hay de sistemático y equilibrado en ella. Considero que, valiéndonos de una buena teoría acerca de la belleza de los cuerpos y fenómenos físicos, podremos llegar incluso a explicar la belleza de las ideas; y por lo tanto, la belleza en si misma como cosa universal y trascendental.
Lo bello parece irradiar cierto atractivo que no puede explicarse sino mediante la razón. ¿Porqué lo bello llama la atención; si su belleza no enaltece el valor práctico del objeto que la exuda? Mi respuesta a esto es la siguiente: “la belleza atrae porque sus características intrínsecas son escasas, raras y notables respecto de aquello que no la posee”. En mi más humilde opinión, lo bello nos atrae por cuestiones intelectuales y biológicas. Nuestro intelecto se ve atraído hacia todo aquello que porta belleza por mera curiosidad; porque sencillamente, nos atrae esa cosa que se destaca del resto por su forma, por su constitución; porque parece frágil y fluido (lo bello nos atrae porque excita primero nuestra curiosidad por ser objetos escasos en su constitución). Es por eso que la reacción primera sea asignarle más valor a aquello que cumple con estas características. No nos sorprende ver un rascacielos ni un avión surcando los aires; puesto que es común y está lejos de ser una experiencia única. Pero cuáles son los elementos que hacen que lo bello llame nuestra atención y nos complazca de cierta manera?
La pregunta anterior exige un análisis cuidadoso de la forma que da a las cosas, ideales o reales, la belleza en cuestión. Tomemos, por ejemplo, una flor en su momento de mayor lozanía y juventud. Tomemos medidas de cada parte, de cada sección. Mirémosla de tantos ángulos como nos permita el espacio; toquémosla, olámosla, veámosla, escuchemos el sonido sedoso que nace al acariciar los pétalos; coloquemos entre nuestros labios una parte de ella y rocémosla con la lengua. Anotemos todo lo que nos haga sentir y pensar. Pero no caigamos en la poesía, puesto que a veces se aleja de la objetividad. La poesía es hermosa cuando uno desea dar rienda suelta a la imaginación expresiva; pero no sirve a ningún propósito para fines científicos (debe ser por eso que el gran Goethe no la usaba para escribir sus trabajos científicos). Ahora bien, hemos cargado los sentidos y la mente con una enorme cantidad de datos acerca del objeto que creemos bello; en este caso, una flor fresca. ¿Qué nos dice la razón de todo esto? Pues no puede sino ver que cada pieza del sistema “flor” hace a la otra. Cada parte hace al todo y el todo hace a la parte. Cada pieza se relaciona con las demás de un modo simétrico racional; puede decirse que existe un “feedback” entre el todo y la parte. Se trata de un sistema cerrado que necesita tanto del detalle como de lo general para tener sentido; estamos ante un ente que denota características geométricas claramente definidas. De esto deduzco que existen dos formas fundamentales en el universo para forjar las cosas que existen: la propiedad que llamo “aditiva”, y la que denomino “sistemática”. La “propiedad aditiva”, como su nombre sugiere, hace referencia a todo aquello que puede explicarse y describirse como una mera suma de partes (una molécula, una montaña, una estrella, una computadora, un automóvil, etc.). por otro lado tenemos la “propiedad sistemática”, que consiste en la “forma” de un objeto que muestra una interdependencia entre sus partes (por ejemplo, cualquier organismo vivo o cualquier cosa viva o inerte que demuestre belleza indiscutible). Lo bello, como he dicho, es aquello que representa la sistematicidad con claridad. Las curvas voluptuosas de una mujer, que tanto trabajo me ha tomado representar (y dejar de desear), se relacionan entre si de modo sistemático. Ninguna es bella si no está en compleja y equilibrada relación con todas las demás (como artista plástico puedo dar fe de ello; y como científico, puedo demostrarlo).
Ante esto, puedo decir ahora, con bastante seguridad, que la sistematicidad es la base de la belleza, y que existen dos clases de jerarquías sistemáticas, a saber: aquella básica que sólo describe de modo abstracto la relación entre elementos; y aquella suprema que se verifica en la práctica en cualquier organismo (a mis ojos “sistema”), que pueda ser denominado vivo. La primera sólo sirve como descripción abstracta o como lenguaje para nuestra concepción mental de lo bello o lo vivo; la segunda, hace referencia directa a la vida en si misma. Como vemos, la propiedad sistemática, a diferencia de la aditiva, explica la vida y todo lo complejo que colma el universo, de modo más perfecto que la aditiva. Esto es así, porque nunca hemos podido explicar lo vivo o lo bello mediante la lógica lineal y la matemática. Tampoco nos ha servido de mucho el lenguaje; puesto que esas disciplinas intelectuales lejos están de ser sistemáticas (esto quiere decir que toman como base la sumatoria de elementos aislados y no la relación entre los mismos, o sea, ello que llamo sistematicidad). Pero esto es para una profunda discusión que no tiene cabida en este ensayo y que ya he tratado en mi libro de filosofía “A la Luz de la Razón”. Lo que importa aquí, es que ya tengo un modo de entender la belleza (y lo vivo), que arroja claridad sobre este confuso y, en apariencia, subjetivo campo.
Según mis estudios, he podido comprobar que el rostro humano muestra que puede descomponerse en una serie de figuras geométricas cada vez más simples; hasta terminar en la más sencilla de todas: el triángulo. Como es sabido, en geometría euclidiana hay tres clases de triángulos, que son polígonos de tres lados, a saber: los equiláteros (tres lados iguales), los isósceles (dos lados iguales y uno diferente), y los escalenos (todos los lados diferentes en cuanto a longitud). Para cumplir con el criterio de sistematicidad que he enunciado antes, lo bello debe encajar en una descripción matemática rigurosa que contemple no a la suma de las partes, sino a la relación entre ellas (o lo que es lo mismo, debe cumplir con la propiedad sistemática y no con la aditiva).
En efecto, he descubierto que el triángulo equilátero muestra una extraña propiedad que he hallado tambien en todas las demás figuras geométricas sin importar su nivel de complejidad. Hay un número fundamental que parece ser la base de las figuras geométricas. Ese mismo número, que es invariante frente a transformaciones lineales y es constante en todas las figuras cualquiera sea naturaleza.
En el caso del triángulo equilátero, si dividimos uno de sus lados por la bisectriz adyacente al ángulo comprendido entre dicho lado y el vecino (que engendran el ángulo interno, se obtienen un número aproximado que es 1,617. dicho número no varía con el tamaño del triángulo equilátero.
Imaginen ahora, el triángulo que se forma con los tres puntos comprendidos entre el centro de las pupilas de los ojos y la base del bulbo de la nariz. Es un triángulo casi perfecto que cumple con la propiedad matemática que mencioné antes. Lo mismo ocurre con las comisuras de la boca y el centro de la nariz; también se ve en las puntas de la mandíbula y el entrecejo. Pero no nos detengamos aquí; continuemos buscando esta figura maravillosa en las puntas de los hombros y el punto máximo de la parte superior del cráneo; en los puntos que educen de las tetillas y que confluyen en la punta del esternón; o los que se ubican en las puntas de los hombros y el ombligo. Hay tantos triángulos de estos en un cuerpo bello, que puedo seguir durante varias páginas. Pero esto no termina con estas sencillas observaciones; podemos ahora refinar aún más el experimento mental y comenzar a entrar en la matemática de los fractales. Podemos extender estos razonamientos de un espacio plano hacia el espacio tridimensional mediante una serie de algoritmos o mediante una iteración de operaciones matemáticas básicas (fractales). Notamos que desde cualquier punto del espacio desde el que analicemos esto, nos encontramos con estas relaciones.
Como vemos, estas propiedades son constantes que se hallan en todo lo bello, a todo esto debemos sumarle mi principio de sistematicidad, o propiedad sistemática; y veremos que toda obra bella, sea hecha por el hombre o por el universo, cumple con estas formas. De modo que diré aquí que: “Todo lo bello es un sistema de coherencia, unidad y simetría interna”.
A esta altura del análisis, podemos ya comenzar a distinguir dos jerarquías de belleza, a saber: la belleza superficial y la belleza profunda. La primera exige al objeto que la porta, una sistematicidad parcial; esto es, debe el objeto cumplir con ciertas relaciones generales propias de lo sistemático y simétrico; aunque no necesariamente sus partes deben guardar una perfecta relación de dependencia entre si. Este tipo de belleza creo hallarla en aquellas cosas llamadas lindas o, como también las denomino yo, “accidentalmente bellas”. Esto puede verse en un boceto ágil, en un primer esbozo de escultura, en un feliz accidente geológico, etc. La segunda jerarquía es la belleza profunda. Esta característica exige que el objeto sea perfectamente racional en su constitución, que cumpla con el criterio de sistematicidad que mencioné antes, que guarde una perfecta relación entre todas sus partes (y aquí incluyo a los colores, gamas y texturas, que se relacionan entre sí mediante las mismas formas sistemáticas y racionales que hemos adjudicado a las formas geométricas que surgen espontáneamente del cuerpo bello).
Como he dicho antes, las ideas y teorías, los conceptos y las abstracciones también pueden tener belleza; puesto que todo lo que estos elementos tengan de sistemático y racional, engendran la belleza (en este caso abstracta, puesto que no se percibe en un objeto corpóreo). A la luz de estas reflexiones observamos que la belleza es un objeto mental; es algo propio de nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, no caemos en la más estúpida subjetividad, debido a que esa belleza encuentra sus causas en la naturaleza organizada de los objetos o ideas que la contienen.
Una abrumadora mayoría de los intelectuales y de la gente común, confunde constantemente belleza con preferencia personal. A este dilema respondo lo siguiente: “no es bello lo que gusta, sino lo que cumple con la descripción antes mencionada; los gustos de los individuos son independientes de la belleza; aunque en la gran mayoría de los casos, la belleza lidera la lista de preferencias”. Según esto, se hace evidente de modo teórico (y se verifica en la realidad), que lo bello no necesariamente corre por el mismo sendero de las preferencias de los individuos. A veces, algunos se ven atraídos por objetos que en nada pueden ser denominados bellos. Algunas personas se ven atraídas sexualmente por otras que están lejos de cumplir con los requisitos mencionados antes (y aquí vale la “belleza superficial de la que hablé antes, puesto que las personas poco bellas que son objeto de deseo de otras, cumplen en alguna forma con el primer grado de belleza; poseen algún tipo de voluptuosidad que no necesariamente puede ser denominada “bella”).
Es preciso dejar bien en claro que los gustos personales están influenciados por la cultura y por el entorno, como así también por predisposiciones genéticas. Estos elementos de influencia, pueden ser vistos como vectores que interactúan entre sí dentro de un sistema unido (que puede interpretarse como el individuo). Dichos vectores, integrados y ponderados en su conjunto, producen una resultante, que va a interpretarse en este caso como el “gusto” individual.
Puede que las características psicológicas inherentes al sujeto lo alejen de lo bello; pero eso no significa que la belleza sea subjetiva, o que no exista. Yo puedo no preferir un Mercedes-Benz; puede no gustarme, no atraerme, pero no significa que su belleza no exista. Si compara un auto inferior (de mi preferencia) con el Mercedes-Benz, lo más probable es que el último cumpla con algunos de los criterios que mencioné antes.
El gusto no define la belleza. Es por eso que las obras de arte y todos los productos de origen natural o humano, como así también las personas, deben ser juzgados en términos racionales para poder ser catalogados como bellos o como feos. El arte de los grandes maestros es universal, debido a que cumple maravillosamente con lo anterior. Todo lo que se aleje de la expresividad, la funcionalidad, la sistematicidad, la coherencia interna, la relación de simbiosis entre el todo y las partes, la racionalidad de la constitución, y la armonía, no es bello. Por consiguiente, no es arte.
Continuará….
Las personas, en general, recorren cada una a su modo el complejo camino de la vida juzgando, entre otras cosas, qué es bello y qué no lo es. Tanto los doctos como los trabajadores más humildes emiten constantemente juicios de naturaleza estética para catalogar, en la bóveda oscura de sus mentes, a los objetos animados e inanimados, ideales o reales, en bellos o feos. Hasta la fecha, no ha llegado a mis oídos una explicación satisfactoria de lo que es la belleza; nadie me ha podido explicar en qué consiste; parece haber una gran confusión en lo que respecta a este asunto tan importante. Es por este motivo que, partiendo de una serie sencilla de axiomas, ideas, experiencias y observaciones, me propongo esclarecer este misterio en pocos párrafos. Veamos qué surge de estas humildes lucubraciones.
En primer lugar, haremos una consideración de carácter abstracto: cuando reflexiono sobre la belleza noto inmediatamente que me hallo ante dos grandes categorías, por demás evidentes: lo bello y lo feo. Al igual que la interacción matemática de un par de vectores, los conceptos “bello” y “feo”, considerados juntos formando un sistema contrapuesto, y representando ambos dos extremos de un mismo esquema, engendran un campo amplio en el cual no sólo se distinguen éstos, sino tambien otros conceptos como: “normal”, “un poco feo”, “bastante bello”, etc. En el caso de los vectores, se suman sus cualidades matemáticas y se crea una resultante. Aquí ocurre lo mismo, pero en vez de vectores, hemos tomado a lo bello y a lo feo como puntos de referencia para el análisis.
De lo anterior fluye sin problemas que los conceptos intermedios (aquellos que se hallan a mitad de camino o en un punto no extremo entre lo bello y lo feo), no son sino distinciones de grado; esto es, son meros números o elementos diferenciados de valores distintos respecto de cada uno de ellos, comprendidos entre el número asignado a lo bello y el asignado a lo feo. Esto es similar a una escala del cero al diez; siendo asignado el cero a lo feo y el diez a la belleza sublime. Viéndolo desde este punto de vista matemático, notamos que el cero representa la ausencia de valor, que sólo puede interpretarse como una carencia de belleza; y el diez se hace valer como “aquello que está tan colmado de belleza, que debemos asignarle la máxima cantidad de puntos en nuestra escala”. Claro que podemos hacer lo mismo con los colores de una paleta. Basta con tomar el blanco y el negro, para definir una compleja gama de grises que pasan de uno de los dos colores opuestos extremos al otro, de un modo idealizado tan gradual como las cadenas numéricas. Si queremos ser aún más caprichosos, podemos tomar formas espaciales y crear mediante transformaciones algebráicas una suave transición de una a otra, representando cada una lo bello y lo feo. Como veremos más adelante, la visión geométrica de la belleza es mucho mas refinada que los ejemplos anteriores; puesto que no hace falta transformar una figura en otra por completo, sino tan sólo alterar una variable en la misma figura sin hacerla desaparecer. En ese caso, nos hallaríamos ante la misma figura, pero con un grado bajo de belleza, o incluso con una prominente fealdad.
Algunos hombres de gran conocimiento, con los que no es mi intención discutir, afirman que la belleza es subjetiva y que no existe un patrón universal para distinguirla verdaderamente. En mis 17 años de vida, sólo he escuchado esta versión de la realidad; sin embargo, intentaré demostrar que hay fuertes razones para creer que la belleza es universal e indiscutible (siempre asumiendo que nos referimos a una belleza universal desde el punto de vista humano; y que sólo en ese esquema de visión es comprensible el concepto de belleza; pues nos vemos, en este caso, confinados a nuestra percepción humana; pero no porque el universo sea subjetivo, sino porque está en nosotros asignar valor a lo bello y quitárselo a lo feo). La estética es una rama fascinante de la filosofía; puesto que nos permite darle sólidas bases racionales al arte. El origen etimológico de la palabra estética, deriva de las voces griegas aistesis (que quiere decir “sentimiento”), e ica (que significa “referente a” o “relativo a”).
Si tomamos las figuras geométricas ideales de la geometría euclidiana –que no existen en el mundo real– notaremos que son ellas sumamente racionales; cada parte se relaciona con la demás de un modo lógico y lineal; sin defectos en el entramado ni “fisuras” en la concatenación de razonamientos que las generan. Así vemos que dos puntos engendran una línea, que si se desplaza en una dirección perpendicular a sí misma, produce un plano, que si se mueve en dirección a una recta normal a su superficie, produce un espacio tridimensional, etc. En este contexto, no sorprende a nadie que sus partes componentes exhiban relaciones racionales entre si. Nosotros tenemos una tendencia natural a proyectar al mundo esas figuras geométricas. Es por eso que no es errado el método que estudia la belleza según las leyes y relaciones de la ciencia del espacio; esto es, la geometría. Claro que entre más compleja y refinada es la geometría que empleamos, más fiel es nuestra descripción de la belleza; al igual que ocurre en las ciencias físicas para describir la realidad.
Primero que nada debemos dejar asentada una definición de belleza a la que llegaremos mediante una serie de simples razonamientos. Una vez alcanzada esa definición, procederé a exponer brevemente un método de mi invención para calcular el grado de belleza aproximado de un objeto; sea este animado o inanimado.
Basándome ahora en mi propio sistema filosófico, diré de modo breve lo siguiente: “La imagen que tenemos del ser y de nuestro universo es real; pero las impresiones que nos hacemos de esa imagen, son relativas a la forma y a la disposición del repertorio de facultades sensibles y dialécticas que poseemos”. La otra máxima que resume mi sistema filosófico es: “nada existe en si y por si, sino que es un elemento más dentro de un sistema que tiene como condición formal la interdependencia (y por lo tanto la sistematicidad)” Esas frases resumen el espíritu de mi sistema filosófico (aunque lejos están de explicarlo). Basándonos en las implicaciones profundas de este sistema filosófico y en unos pocos razonamientos, llegaremos a una definición de belleza que satisfaga a la razón; además de solidificar nuestra visión acerca de los pilares fundamentales del arte.
Yo opino, sin ánimo de contradecir a ninguna persona, ya sea ingeniosa o ingenua, que la belleza no es más que la confluencia de determinados elementos y características en un objeto vivo o inerte. Incluso podemos incluir aquí la belleza que los objetos ideales o de las teorías. En lo que concierne a la belleza de las ideas, puedo demostrar que las personas sanas y bien intencionadas, aman de una buena idea o teoría, lo que hay de sistemático y equilibrado en ella. Considero que, valiéndonos de una buena teoría acerca de la belleza de los cuerpos y fenómenos físicos, podremos llegar incluso a explicar la belleza de las ideas; y por lo tanto, la belleza en si misma como cosa universal y trascendental.
Lo bello parece irradiar cierto atractivo que no puede explicarse sino mediante la razón. ¿Porqué lo bello llama la atención; si su belleza no enaltece el valor práctico del objeto que la exuda? Mi respuesta a esto es la siguiente: “la belleza atrae porque sus características intrínsecas son escasas, raras y notables respecto de aquello que no la posee”. En mi más humilde opinión, lo bello nos atrae por cuestiones intelectuales y biológicas. Nuestro intelecto se ve atraído hacia todo aquello que porta belleza por mera curiosidad; porque sencillamente, nos atrae esa cosa que se destaca del resto por su forma, por su constitución; porque parece frágil y fluido (lo bello nos atrae porque excita primero nuestra curiosidad por ser objetos escasos en su constitución). Es por eso que la reacción primera sea asignarle más valor a aquello que cumple con estas características. No nos sorprende ver un rascacielos ni un avión surcando los aires; puesto que es común y está lejos de ser una experiencia única. Pero cuáles son los elementos que hacen que lo bello llame nuestra atención y nos complazca de cierta manera?
La pregunta anterior exige un análisis cuidadoso de la forma que da a las cosas, ideales o reales, la belleza en cuestión. Tomemos, por ejemplo, una flor en su momento de mayor lozanía y juventud. Tomemos medidas de cada parte, de cada sección. Mirémosla de tantos ángulos como nos permita el espacio; toquémosla, olámosla, veámosla, escuchemos el sonido sedoso que nace al acariciar los pétalos; coloquemos entre nuestros labios una parte de ella y rocémosla con la lengua. Anotemos todo lo que nos haga sentir y pensar. Pero no caigamos en la poesía, puesto que a veces se aleja de la objetividad. La poesía es hermosa cuando uno desea dar rienda suelta a la imaginación expresiva; pero no sirve a ningún propósito para fines científicos (debe ser por eso que el gran Goethe no la usaba para escribir sus trabajos científicos). Ahora bien, hemos cargado los sentidos y la mente con una enorme cantidad de datos acerca del objeto que creemos bello; en este caso, una flor fresca. ¿Qué nos dice la razón de todo esto? Pues no puede sino ver que cada pieza del sistema “flor” hace a la otra. Cada parte hace al todo y el todo hace a la parte. Cada pieza se relaciona con las demás de un modo simétrico racional; puede decirse que existe un “feedback” entre el todo y la parte. Se trata de un sistema cerrado que necesita tanto del detalle como de lo general para tener sentido; estamos ante un ente que denota características geométricas claramente definidas. De esto deduzco que existen dos formas fundamentales en el universo para forjar las cosas que existen: la propiedad que llamo “aditiva”, y la que denomino “sistemática”. La “propiedad aditiva”, como su nombre sugiere, hace referencia a todo aquello que puede explicarse y describirse como una mera suma de partes (una molécula, una montaña, una estrella, una computadora, un automóvil, etc.). por otro lado tenemos la “propiedad sistemática”, que consiste en la “forma” de un objeto que muestra una interdependencia entre sus partes (por ejemplo, cualquier organismo vivo o cualquier cosa viva o inerte que demuestre belleza indiscutible). Lo bello, como he dicho, es aquello que representa la sistematicidad con claridad. Las curvas voluptuosas de una mujer, que tanto trabajo me ha tomado representar (y dejar de desear), se relacionan entre si de modo sistemático. Ninguna es bella si no está en compleja y equilibrada relación con todas las demás (como artista plástico puedo dar fe de ello; y como científico, puedo demostrarlo).
Ante esto, puedo decir ahora, con bastante seguridad, que la sistematicidad es la base de la belleza, y que existen dos clases de jerarquías sistemáticas, a saber: aquella básica que sólo describe de modo abstracto la relación entre elementos; y aquella suprema que se verifica en la práctica en cualquier organismo (a mis ojos “sistema”), que pueda ser denominado vivo. La primera sólo sirve como descripción abstracta o como lenguaje para nuestra concepción mental de lo bello o lo vivo; la segunda, hace referencia directa a la vida en si misma. Como vemos, la propiedad sistemática, a diferencia de la aditiva, explica la vida y todo lo complejo que colma el universo, de modo más perfecto que la aditiva. Esto es así, porque nunca hemos podido explicar lo vivo o lo bello mediante la lógica lineal y la matemática. Tampoco nos ha servido de mucho el lenguaje; puesto que esas disciplinas intelectuales lejos están de ser sistemáticas (esto quiere decir que toman como base la sumatoria de elementos aislados y no la relación entre los mismos, o sea, ello que llamo sistematicidad). Pero esto es para una profunda discusión que no tiene cabida en este ensayo y que ya he tratado en mi libro de filosofía “A la Luz de la Razón”. Lo que importa aquí, es que ya tengo un modo de entender la belleza (y lo vivo), que arroja claridad sobre este confuso y, en apariencia, subjetivo campo.
Según mis estudios, he podido comprobar que el rostro humano muestra que puede descomponerse en una serie de figuras geométricas cada vez más simples; hasta terminar en la más sencilla de todas: el triángulo. Como es sabido, en geometría euclidiana hay tres clases de triángulos, que son polígonos de tres lados, a saber: los equiláteros (tres lados iguales), los isósceles (dos lados iguales y uno diferente), y los escalenos (todos los lados diferentes en cuanto a longitud). Para cumplir con el criterio de sistematicidad que he enunciado antes, lo bello debe encajar en una descripción matemática rigurosa que contemple no a la suma de las partes, sino a la relación entre ellas (o lo que es lo mismo, debe cumplir con la propiedad sistemática y no con la aditiva).
En efecto, he descubierto que el triángulo equilátero muestra una extraña propiedad que he hallado tambien en todas las demás figuras geométricas sin importar su nivel de complejidad. Hay un número fundamental que parece ser la base de las figuras geométricas. Ese mismo número, que es invariante frente a transformaciones lineales y es constante en todas las figuras cualquiera sea naturaleza.
En el caso del triángulo equilátero, si dividimos uno de sus lados por la bisectriz adyacente al ángulo comprendido entre dicho lado y el vecino (que engendran el ángulo interno, se obtienen un número aproximado que es 1,617. dicho número no varía con el tamaño del triángulo equilátero.
Imaginen ahora, el triángulo que se forma con los tres puntos comprendidos entre el centro de las pupilas de los ojos y la base del bulbo de la nariz. Es un triángulo casi perfecto que cumple con la propiedad matemática que mencioné antes. Lo mismo ocurre con las comisuras de la boca y el centro de la nariz; también se ve en las puntas de la mandíbula y el entrecejo. Pero no nos detengamos aquí; continuemos buscando esta figura maravillosa en las puntas de los hombros y el punto máximo de la parte superior del cráneo; en los puntos que educen de las tetillas y que confluyen en la punta del esternón; o los que se ubican en las puntas de los hombros y el ombligo. Hay tantos triángulos de estos en un cuerpo bello, que puedo seguir durante varias páginas. Pero esto no termina con estas sencillas observaciones; podemos ahora refinar aún más el experimento mental y comenzar a entrar en la matemática de los fractales. Podemos extender estos razonamientos de un espacio plano hacia el espacio tridimensional mediante una serie de algoritmos o mediante una iteración de operaciones matemáticas básicas (fractales). Notamos que desde cualquier punto del espacio desde el que analicemos esto, nos encontramos con estas relaciones.
Como vemos, estas propiedades son constantes que se hallan en todo lo bello, a todo esto debemos sumarle mi principio de sistematicidad, o propiedad sistemática; y veremos que toda obra bella, sea hecha por el hombre o por el universo, cumple con estas formas. De modo que diré aquí que: “Todo lo bello es un sistema de coherencia, unidad y simetría interna”.
A esta altura del análisis, podemos ya comenzar a distinguir dos jerarquías de belleza, a saber: la belleza superficial y la belleza profunda. La primera exige al objeto que la porta, una sistematicidad parcial; esto es, debe el objeto cumplir con ciertas relaciones generales propias de lo sistemático y simétrico; aunque no necesariamente sus partes deben guardar una perfecta relación de dependencia entre si. Este tipo de belleza creo hallarla en aquellas cosas llamadas lindas o, como también las denomino yo, “accidentalmente bellas”. Esto puede verse en un boceto ágil, en un primer esbozo de escultura, en un feliz accidente geológico, etc. La segunda jerarquía es la belleza profunda. Esta característica exige que el objeto sea perfectamente racional en su constitución, que cumpla con el criterio de sistematicidad que mencioné antes, que guarde una perfecta relación entre todas sus partes (y aquí incluyo a los colores, gamas y texturas, que se relacionan entre sí mediante las mismas formas sistemáticas y racionales que hemos adjudicado a las formas geométricas que surgen espontáneamente del cuerpo bello).
Como he dicho antes, las ideas y teorías, los conceptos y las abstracciones también pueden tener belleza; puesto que todo lo que estos elementos tengan de sistemático y racional, engendran la belleza (en este caso abstracta, puesto que no se percibe en un objeto corpóreo). A la luz de estas reflexiones observamos que la belleza es un objeto mental; es algo propio de nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, no caemos en la más estúpida subjetividad, debido a que esa belleza encuentra sus causas en la naturaleza organizada de los objetos o ideas que la contienen.
Una abrumadora mayoría de los intelectuales y de la gente común, confunde constantemente belleza con preferencia personal. A este dilema respondo lo siguiente: “no es bello lo que gusta, sino lo que cumple con la descripción antes mencionada; los gustos de los individuos son independientes de la belleza; aunque en la gran mayoría de los casos, la belleza lidera la lista de preferencias”. Según esto, se hace evidente de modo teórico (y se verifica en la realidad), que lo bello no necesariamente corre por el mismo sendero de las preferencias de los individuos. A veces, algunos se ven atraídos por objetos que en nada pueden ser denominados bellos. Algunas personas se ven atraídas sexualmente por otras que están lejos de cumplir con los requisitos mencionados antes (y aquí vale la “belleza superficial de la que hablé antes, puesto que las personas poco bellas que son objeto de deseo de otras, cumplen en alguna forma con el primer grado de belleza; poseen algún tipo de voluptuosidad que no necesariamente puede ser denominada “bella”).
Es preciso dejar bien en claro que los gustos personales están influenciados por la cultura y por el entorno, como así también por predisposiciones genéticas. Estos elementos de influencia, pueden ser vistos como vectores que interactúan entre sí dentro de un sistema unido (que puede interpretarse como el individuo). Dichos vectores, integrados y ponderados en su conjunto, producen una resultante, que va a interpretarse en este caso como el “gusto” individual.
Puede que las características psicológicas inherentes al sujeto lo alejen de lo bello; pero eso no significa que la belleza sea subjetiva, o que no exista. Yo puedo no preferir un Mercedes-Benz; puede no gustarme, no atraerme, pero no significa que su belleza no exista. Si compara un auto inferior (de mi preferencia) con el Mercedes-Benz, lo más probable es que el último cumpla con algunos de los criterios que mencioné antes.
El gusto no define la belleza. Es por eso que las obras de arte y todos los productos de origen natural o humano, como así también las personas, deben ser juzgados en términos racionales para poder ser catalogados como bellos o como feos. El arte de los grandes maestros es universal, debido a que cumple maravillosamente con lo anterior. Todo lo que se aleje de la expresividad, la funcionalidad, la sistematicidad, la coherencia interna, la relación de simbiosis entre el todo y las partes, la racionalidad de la constitución, y la armonía, no es bello. Por consiguiente, no es arte.
Continuará….
jueves, 19 de noviembre de 2009
» Primer nombre: Agostina, pero estás autorizado a decirme Agos ;)
» Segundo nombre: es necesario que lo diga? .. Bueno está bien, Florencia ¬, contento?
» Apellido: Frattini ♥
» Edad: 15 años (:
» Fecha de Nacimiento: 26 de Agosto de 1994 .. no se fijaron que si lo escribís así y lo leés todo, parece algo sublime, y una fecha antigua? es re loco.
» Signo del zodíaco: Virgo corazón.. alguna otra pregunta pelotuda? :D
» Equipo de futbol?: River Plate ♥
» Estado civil: Felizmente de novia hace 2 meses y 13 días (:
» Color de ojos: Marrones
» Color de pelo: Castaño oscuro, casi negro - muchos piensan que es negro ¬
» Un color: Vaiolet :B
» Un programa de tv: Sex and the city ;
» Un dibujo animado: Los simpsons ♥
» Una película: Hoy nos acordábamos de un re peliculón, "un novio para mi mujer", que genial esa película,
» Una fruta: Sandia - melón
» Cafe o Té: Tecito
» Un país: Argentina
» Estación favorita: Invierno - Primavera
» Una comida: Chau fan con pollo , babe ;
» Una bebida: licor de melón con speel [L]
» Un postre: Bombón suizo
» La mujer más linda: pero qué pregunta es esa? Si digo yo, queda muy egocéntrica? además no me lo creo.. no se capo, no sé.. NO SÉ, N O S É , nosé (:
» Una radio: no soy de escuchar radio.
» Frío o calor: F r í o !
» Idioma favorito: Castellano ;
» Un restaurante: el Mc cuenta como restaurant?
» Un boliche: Soultrain (H)
» Unas galletitas: Melvas (:
» Un papelón: pff, tenés tiempo?
» Tiempo libre: Dormir, te suena ?
» Lo más lindo de la vida: amigos + familia
» Fumas: ajam.
» Te arrepentis de algo?: no es hora de arrepentirse, no te parece? aparte de qué te sirve: ai la verdad que podría no haber hecho esto, no haber dicho aquello.. ahora ya está, ya lo hiciste, o dijiste o pensaste, lo único que podés hacer, es la próxima vez, no cometer el mismo error dos veces, pero si lo hacés.. equivocarse es humano ;)
» Un defecto propio: tengo, pero no me sale uno específico en este momento ;
» Una virtud propia: Comprensiva, diría, pero la verdad, no sé.
» Has robado alguna vez: quién no?
» Sos ordenado?: lo suficiente.
» Sos de querer a alguien?: sin amor, la vida no es vida.
» Te deprimis seguido?: no me llevo bien con esa palabra.
» Un buen recuerdo: pff, seguís teniendo tiempo?
» Que te hace llorar: la pérdida de personas.
» Qué te hace reír: por suerte, todo.
» La mejor palabra: amistad - familia, que conlleva a otras: amor - compañerismo - unión - etc etc etc
» Un miedo: perder , en muchos sentidos.
» Mes favorito?: No tengo uno en especial, pero si tuviera que elegir, Agosto (:
» Sueño: de sueños se vive ;
» Materia favorita: supongo que no tengo una materia favorita.
» Existe algo que nunca se lo has contado a nadie?: si.
» Persona a quien no cambiarías por nada en el mundo: Familia.
» Tu primer amor fue: a qué te referís con amor? ese "amor" abarca muchas cosas.
» Todavia lo amás?: aah amor de : "me enamoré"? el actual, Nicolás Alejandro Lozano, lo conocés? ai gordo, como no lo vas a conocerr!
» Amaste tanto a alguien como para llorar?: no.
» Celoso? : no.
» Qué es lo que primero que miras en un chico? : vestimenta, cara, físico.
» Un número: 8
» Un letra: A
» Un día: mi cumpleaños y el 6·9·09 [L]
» Piercing? : proximamente, podría decirse.
» Donde?: P R O X I M A M E N T E capo, ahi entendiste o querés que te lo dibuje?
» Tatuajes?: nnop.
» Perfume favorito: High Valley by Kosiuko
» Amas a alguien?: obviamente, no creo que haya alguna persona que no ame a nadie, es imposible.
» Extrañas a alguien? sabés qué? sí.. y basta de pregntas melancólicas che!
» Las tormentas te gustan o te asustan? por fin cambiaste.. eem, me encantan!
» Has mentido en algo?: OBVIAMENTE querido, no hay persona que no haya mentido nunca
» Alguien a quién le debes mucho: Familia. Y esas amigas ♥
» Ultima película que viste?: Ayer, una pedorrada total que ni el nombre me acuerdo, por suerte
» Pinky o Cerebro?: Pinky
» Tom o Jerry?: Tom
» Tenés buen humor?: Siempre
» Los amigos son para siempre?: los verdaderos, OBVIO
» Vivo en?: Carapachay, Vicente López, ubicás capo?
» Chocolate blanco o negro?: Blanco (blanco blanco blaaaanco blancoo o o♫)
» Dormis la siesta?: siempre que puedo, casi todos los días
» El día o la noche?: ambos
» Tenés paciencia?: demasiada.
» Apodo: pff, seguís teniendo tiempo o estás apurado?
» Celular: 15 3197 6947 ;) ajaj
» Cariñoso?: mm bastante para mi gusto
» Confias: depende
» Sos de dar Consejos: sisi
» Ultima vez que besaste?: el domingo y proximamente hoy
» Cambiarias Algo de tu cuerpo: si
» Perdonarias Una infidelidad: no creo.
» Te emborrachaste alguna vez?: el viernes.. te suena?
» Gustos de Helado: depende la heladería
» Lugar para que te besen : cuello, boca? ajaj
» Telefono o msn?: ambos.
» Domingo con familia o con amigos?: ambos
» Una marca de ropa?: zara, j.l. cook, complot, isabella católica, nike, wanama, etc
» Tenes levante?: ajajaj podría decirse ;)
» Darias la vida por alguna persona?: por 6 personas nada más.
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» Fecha de Nacimiento: 26 de Agosto de 1994 .. no se fijaron que si lo escribís así y lo leés todo, parece algo sublime, y una fecha antigua? es re loco.
» Signo del zodíaco: Virgo corazón.. alguna otra pregunta pelotuda? :D
» Equipo de futbol?: River Plate ♥
» Estado civil: Felizmente de novia hace 2 meses y 13 días (:
» Color de ojos: Marrones
» Color de pelo: Castaño oscuro, casi negro - muchos piensan que es negro ¬
» Un color: Vaiolet :B
» Un programa de tv: Sex and the city ;
» Un dibujo animado: Los simpsons ♥
» Una película: Hoy nos acordábamos de un re peliculón, "un novio para mi mujer", que genial esa película,
» Una fruta: Sandia - melón
» Cafe o Té: Tecito
» Un país: Argentina
» Estación favorita: Invierno - Primavera
» Una comida: Chau fan con pollo , babe ;
» Una bebida: licor de melón con speel [L]
» Un postre: Bombón suizo
» La mujer más linda: pero qué pregunta es esa? Si digo yo, queda muy egocéntrica? además no me lo creo.. no se capo, no sé.. NO SÉ, N O S É , nosé (:
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» Idioma favorito: Castellano ;
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» Un boliche: Soultrain (H)
» Unas galletitas: Melvas (:
» Un papelón: pff, tenés tiempo?
» Tiempo libre: Dormir, te suena ?
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» Te arrepentis de algo?: no es hora de arrepentirse, no te parece? aparte de qué te sirve: ai la verdad que podría no haber hecho esto, no haber dicho aquello.. ahora ya está, ya lo hiciste, o dijiste o pensaste, lo único que podés hacer, es la próxima vez, no cometer el mismo error dos veces, pero si lo hacés.. equivocarse es humano ;)
» Un defecto propio: tengo, pero no me sale uno específico en este momento ;
» Una virtud propia: Comprensiva, diría, pero la verdad, no sé.
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» Te deprimis seguido?: no me llevo bien con esa palabra.
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» Qué te hace reír: por suerte, todo.
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» Un miedo: perder , en muchos sentidos.
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» Materia favorita: supongo que no tengo una materia favorita.
» Existe algo que nunca se lo has contado a nadie?: si.
» Persona a quien no cambiarías por nada en el mundo: Familia.
» Tu primer amor fue: a qué te referís con amor? ese "amor" abarca muchas cosas.
» Todavia lo amás?: aah amor de : "me enamoré"? el actual, Nicolás Alejandro Lozano, lo conocés? ai gordo, como no lo vas a conocerr!
» Amaste tanto a alguien como para llorar?: no.
» Celoso? : no.
» Qué es lo que primero que miras en un chico? : vestimenta, cara, físico.
» Un número: 8
» Un letra: A
» Un día: mi cumpleaños y el 6·9·09 [L]
» Piercing? : proximamente, podría decirse.
» Donde?: P R O X I M A M E N T E capo, ahi entendiste o querés que te lo dibuje?
» Tatuajes?: nnop.
» Perfume favorito: High Valley by Kosiuko
» Amas a alguien?: obviamente, no creo que haya alguna persona que no ame a nadie, es imposible.
» Extrañas a alguien? sabés qué? sí.. y basta de pregntas melancólicas che!
» Las tormentas te gustan o te asustan? por fin cambiaste.. eem, me encantan!
» Has mentido en algo?: OBVIAMENTE querido, no hay persona que no haya mentido nunca
» Alguien a quién le debes mucho: Familia. Y esas amigas ♥
» Ultima película que viste?: Ayer, una pedorrada total que ni el nombre me acuerdo, por suerte
» Pinky o Cerebro?: Pinky
» Tom o Jerry?: Tom
» Tenés buen humor?: Siempre
» Los amigos son para siempre?: los verdaderos, OBVIO
» Vivo en?: Carapachay, Vicente López, ubicás capo?
» Chocolate blanco o negro?: Blanco (blanco blanco blaaaanco blancoo o o♫)
» Dormis la siesta?: siempre que puedo, casi todos los días
» El día o la noche?: ambos
» Tenés paciencia?: demasiada.
» Apodo: pff, seguís teniendo tiempo o estás apurado?
» Celular: 15 3197 6947 ;) ajaj
» Cariñoso?: mm bastante para mi gusto
» Confias: depende
» Sos de dar Consejos: sisi
» Ultima vez que besaste?: el domingo y proximamente hoy
» Cambiarias Algo de tu cuerpo: si
» Perdonarias Una infidelidad: no creo.
» Te emborrachaste alguna vez?: el viernes.. te suena?
» Gustos de Helado: depende la heladería
» Lugar para que te besen : cuello, boca? ajaj
» Telefono o msn?: ambos.
» Domingo con familia o con amigos?: ambos
» Una marca de ropa?: zara, j.l. cook, complot, isabella católica, nike, wanama, etc
» Tenes levante?: ajajaj podría decirse ;)
» Darias la vida por alguna persona?: por 6 personas nada más.
Una simple Rumba - melodía callejera - y salimos todos a bailar a la calle como locos o famélicos que no comen hace mucho y le ponen un dulve delante de sus ojos. La felicidad nos invade desde la punta de nuestros pies, nuestros dedos - desde el chiquitito hasta el dedo gordo- hasta las raíz de cada pelo de nuestra cabeza - neustro mundo personal. No desesperen; no dejará de llover. La luna será nuestra bola de espejos, y esta será une merveilleuse soirée ;
Acostumbrada a la monotonía que mi vida me deparaba; equivocada, veía a los equivocados, cometía errores en las redes del amor.. no veía el cielo, estaba nublado. Pero apareciste tú, sin que te buscara nadie, no esperaba encontrarte ahí. Tal vez fue tu risa, que no tenia sombras, no tenia cara. fue todo lo que vi. Me prestaste un beso y me prestaste calma; me prestaste todo lo que me faltaba. Tenés la receta justa para hacerme sonreír y todo el tiempo sabes lo que me asusta, sabes lo que me gusta estar con vos. Me robaste el cuerpo, me robaste el alma y el corazón - en realidad te lo entregué yo , servido en bandeja con fritas para vos - ya es tuya la voz con la que antes cantaba. Me quitas el sueño, el habla pero si estoy con vos no necesito nada.
Me enseñaste a no fumar sin desayuno, me enseñaste a dividir, que la suma de uno y uno siempre es uno, si se aprende a compartir. Me enseñaste que los celos son traviesos, que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad. Me enseñaste a ser pareja en libertad. Me enseñaste que el amor no es una reja, y que es mentira la verdad. Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda
Sino el que no te molesta. Me enseñaste que abrazado a tu cintura
todo parece una fiesta. Me enseñaste muchas cosas de la cama
que es mejor cuando se ama, y que es también para dormir, me enseñaste entre otras cosas a vivir. Me enseñaste que una duda puede más que la razón. Pero fallaste mi gurú, se te olvidó enseñarme que hago si no estás tú. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte, desde filosofía hasta como tocarte. A saber que el afrodisiaco más cumplidor, no son los mariscos sino el amor.
Pero no me enseñaste a olvidarte. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte, a convertir una caricia en una obra de arte, a saber que los abogados saben poco de amor. Y que el amor se cohibe en los juzgados. Pero no me enseñaste a olvidarte. Donde se apaga el amor que quedó, no encuentro el interruptor, si hay que aceptar que nuestra historia voló, de donde saco el valor. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
Sino el que no te molesta. Me enseñaste que abrazado a tu cintura
todo parece una fiesta. Me enseñaste muchas cosas de la cama
que es mejor cuando se ama, y que es también para dormir, me enseñaste entre otras cosas a vivir. Me enseñaste que una duda puede más que la razón. Pero fallaste mi gurú, se te olvidó enseñarme que hago si no estás tú. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte, desde filosofía hasta como tocarte. A saber que el afrodisiaco más cumplidor, no son los mariscos sino el amor.
Pero no me enseñaste a olvidarte. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte, a convertir una caricia en una obra de arte, a saber que los abogados saben poco de amor. Y que el amor se cohibe en los juzgados. Pero no me enseñaste a olvidarte. Donde se apaga el amor que quedó, no encuentro el interruptor, si hay que aceptar que nuestra historia voló, de donde saco el valor. Me enseñaste de todo excepto a olvidarte,
miércoles, 18 de noviembre de 2009
No hay lluvia, no hay viento, no hay autos, no hay cansancio, no hay caída, no hay semáforos, no hay gente, no hay sistema, no hay vanguardia, no hay problema, no hay pasado. Ni padecer, ni tiempo, ni frío, ni ego, ni dolor, ni conflictos, ni pesadumbre, ni suplicio, ni rutina, ni ajeno, ni arte, ni cultura, ni clase, ni bajón, ni obstáculos… ni nada de nada que supere el síntoma inevitable de la alegría que me da él. Alegría y felicidad en medio de esta selva pavimentada que nos da batalla, que algunos llaman, ciudad.
Te amo y punto. No tengo que dar explicaciones.. si me las piden, es que te amo por la simple razon de amar. Juntas siempre. Cantamos los lunes. Fumamos los martes; bailamos los miercoles., reimos los jueves; nos disfrazamos los viernes: hacemos fuego los sabado. y nos tiramos de bomba a la pelopincho los domingo,. toda mi vida ., todos los dias con vos mujer;
( LuliPiola )
Necesito una dosis de eso que me hace sonreír. una dosis de cuatro personas que me llenan el alma. Juntas somos una vincha de colores. Llenas de cositas extrañas, y locas, que nos caracterizan. tomadas de las manos, caminando juntas a la par, somos una envidiable receta a la felicidad. Quiero una dosis de eso pronto, ya!
Pretendo irme lejos en Enero, tal vez a observar el mar o a deleitarme con la calma de las sierras. Pero me voy con ustedes . Objetivo de vida?. Asegurar mi alma de colores y volver llena de fotos para exponer nuevamente. Volver? sí, pero nunca se sabe si volveré como antes..
Quiero gastar las alpargatas. Quiero gastar mis babuchas hippies, y que ya no me las quiera poner más, de estar asqueada de tanto haberlas usado. Que mis ojos se gasten de maravillarse. Que mi bolso vuelva llenisimo de cosas nuevas para regalar, y de detallitos que alegren.
Experimento. Sensación de locura .. una sensación no tan lejana. Quieor un alma tipo Arcoiris, que apunte al Norte pero un poquito al Sur .
Quiero gastar las alpargatas. Quiero gastar mis babuchas hippies, y que ya no me las quiera poner más, de estar asqueada de tanto haberlas usado. Que mis ojos se gasten de maravillarse. Que mi bolso vuelva llenisimo de cosas nuevas para regalar, y de detallitos que alegren.
Experimento. Sensación de locura .. una sensación no tan lejana. Quieor un alma tipo Arcoiris, que apunte al Norte pero un poquito al Sur .
Ojalá no sea tarde - pensó - el tren aparentemente había salido hacía dos minutos. - Ojalá hubiese hecho las cosas bien y ahora no estaría aquí arrepentida corriendo un tren - pensaba agitada.
Todos la miraban. Una loca corriendo a través de toda la estación de tren, con bata y en pantuflas. Con ruleros. Crema en la cara. Abajo no llevaría más que su ropa interior.
Todos la miraban mal. La puntuaban de loca. Ellos no sabían que aquella loca, iba en busca de su amor.
Todos la miraban. Una loca corriendo a través de toda la estación de tren, con bata y en pantuflas. Con ruleros. Crema en la cara. Abajo no llevaría más que su ropa interior.
Todos la miraban mal. La puntuaban de loca. Ellos no sabían que aquella loca, iba en busca de su amor.
Se apagó la Luna, una oscuridad te encerró, y como era de esperarse, vos no te animastes a bailar esta milonga.. pero no te asustes, no sos la única a la que le da miedo la oscuridad, y le aterra lo desonocido que no puede ver o sentir. Pero preferimos otras cosas.
Que el maquillaje no apague tu luz, no te dibuje una careta indescriptible. Que las plazas sigan siendo esos espacios verdes donde se pueda sentarse, y no tengas que pedir número y hacer fila para tener un lugarcito, y que poder apreciar el verde no conlleve apreciar el verde dentro de un papelillo. Que el diccionario no mate tus besos, y no le quite sentido a tus frases más locas, esas que te encantan. Que un amargado no te pinche tus ilusiones infantiles. Que tu sueño más imposible se convierta en el más cercano y posible. Que los que esperan no cuenten los minutos, y que no les sea eterno el segundo que esperaron. Que la calle no sea nuestro hogar, y el piso nuestra cama. Que cada noche sea noche de luna llena y estrellas brillantes. Que la primavera sea tu nuevo perfume. Que las verdades no tengan complejos y que las mentiras no salgan de ninguna boca. Que el amor sea puro y transparente, que no nos cueste tan caro, y que no cierren el bar de la esquina.. Que chiflar un rato no sea cosa de viejos. Que vivir, sea simplemente, vivir!
Disfrutá.
Que el maquillaje no apague tu luz, no te dibuje una careta indescriptible. Que las plazas sigan siendo esos espacios verdes donde se pueda sentarse, y no tengas que pedir número y hacer fila para tener un lugarcito, y que poder apreciar el verde no conlleve apreciar el verde dentro de un papelillo. Que el diccionario no mate tus besos, y no le quite sentido a tus frases más locas, esas que te encantan. Que un amargado no te pinche tus ilusiones infantiles. Que tu sueño más imposible se convierta en el más cercano y posible. Que los que esperan no cuenten los minutos, y que no les sea eterno el segundo que esperaron. Que la calle no sea nuestro hogar, y el piso nuestra cama. Que cada noche sea noche de luna llena y estrellas brillantes. Que la primavera sea tu nuevo perfume. Que las verdades no tengan complejos y que las mentiras no salgan de ninguna boca. Que el amor sea puro y transparente, que no nos cueste tan caro, y que no cierren el bar de la esquina.. Que chiflar un rato no sea cosa de viejos. Que vivir, sea simplemente, vivir!
Disfrutá.
Si miras para arriba, es como cuando mirás el mar.. ves la inmensidad. Si miras un poquito más abajo, seguís sintiendo inmensidad.. en tu interior. Mirás la naturaleza, los árboles y las hojas, te inunda una paz incalculable. Te rodea la paz. Sos pura paz. Te concentrás en los distintos verdes, en las distintas texturas, en las distintas formas, en la distinta variedad de colores que la paleta natural le ofrece a tus ojos - un exquisito deleite- diferentes cosas que se entrelazan para hacer belleza pura. Así como hacemos nosotras las personas que están en este mundo. En este carnaval tan loco. Tan particular.
Unirse al alma de una persona. Conocida de toda la vida, desconocida, semiconocida... Un poco, mucho, en la mitad… en la mitad del trayecto estamos, corriendo para un lado y para el otro pero la pregunta sería: Para dónde?! A dónde vamos? Podré tomarme un transporte público o privado para que me lleve y me acorte el camino? Cuánto cuesta? Por qué corremos tanto, nos apuramos, si no sabemos dónde vamos?
Dame tu mano. Demonos las manos, señal que cabalgamos Sancho… Te doy mi mano a vos que te sentís vulnerable completamente al estar perdidamente –o encontradamente, a mi entender- enamorada. Envidia de amor. De la sana, de la considerablemente rica, nutritiva para mi alma, en este caso.
A vos que estas boyando por la vida, esta que te golpeó desde los primeros tiempos. Que te hizo crecer de manera insospechada. Que te hizo la mujer que sos hoy. Te doy mi mano, creo que lo necesitás para seguir. Para darte seguridad en el camino este de perdiciones constantes. Alma de subasta, ex diría afirmando. Conocer la verdadera compañía después de mucho tiempo y acabar sola no es fácil de superar. Pero acá estoy yo para entrecruzar mis dedos con los tuyos para darte aliento. Para que descanses en mi hombro y lagrimees lo que necesites.
Nuevo corazón… chiquito, pequeñito. Como no quererte y sincerarme con mi poca o mucha experiencia. Única sos vos, loca, lunática, hermosa, y muchas cosas más.. sácale el jugo a esta situación y crece, poquito así no perdes tu inocencia tan pero tan importante. A tu lado caminando un camino nuevo. Fuerza te doy con palabras poco dulces.
Camina, no lo harás sola en las rutas del destino, yo estaré ahí. Me doy cuenta de eso. Ayer charla de por medio descubrí cuantas cosas pasé y cuántas hermanas tengo. Necesarias ampliamente NECESARIAS e indescriptibles. Sin palabras que las encierren y les den forma. Magníficas.
Sentate conmigo sobre el pasto verde bien verde del que comienza a crecer de a poquito con la primavera que lo alienta. Le da ánimos de seguir creciendo. También entrelazaría mis veinte dedos con los tuyos a ver que pasa… colisionaran los planetas? Se acabaran las guerras y el odio? Tal vez no hagamos cosas imposibles pero el amor, ese sentimiento TODO LO PUEDE… Todo.
Mira, mira el pastito verde y las hojas nuevas… Me conmueven hasta las lágrimas… De felicidad ya no hay más de las otras.
Unirse al alma de una persona. Conocida de toda la vida, desconocida, semiconocida... Un poco, mucho, en la mitad… en la mitad del trayecto estamos, corriendo para un lado y para el otro pero la pregunta sería: Para dónde?! A dónde vamos? Podré tomarme un transporte público o privado para que me lleve y me acorte el camino? Cuánto cuesta? Por qué corremos tanto, nos apuramos, si no sabemos dónde vamos?
Dame tu mano. Demonos las manos, señal que cabalgamos Sancho… Te doy mi mano a vos que te sentís vulnerable completamente al estar perdidamente –o encontradamente, a mi entender- enamorada. Envidia de amor. De la sana, de la considerablemente rica, nutritiva para mi alma, en este caso.
A vos que estas boyando por la vida, esta que te golpeó desde los primeros tiempos. Que te hizo crecer de manera insospechada. Que te hizo la mujer que sos hoy. Te doy mi mano, creo que lo necesitás para seguir. Para darte seguridad en el camino este de perdiciones constantes. Alma de subasta, ex diría afirmando. Conocer la verdadera compañía después de mucho tiempo y acabar sola no es fácil de superar. Pero acá estoy yo para entrecruzar mis dedos con los tuyos para darte aliento. Para que descanses en mi hombro y lagrimees lo que necesites.
Nuevo corazón… chiquito, pequeñito. Como no quererte y sincerarme con mi poca o mucha experiencia. Única sos vos, loca, lunática, hermosa, y muchas cosas más.. sácale el jugo a esta situación y crece, poquito así no perdes tu inocencia tan pero tan importante. A tu lado caminando un camino nuevo. Fuerza te doy con palabras poco dulces.
Camina, no lo harás sola en las rutas del destino, yo estaré ahí. Me doy cuenta de eso. Ayer charla de por medio descubrí cuantas cosas pasé y cuántas hermanas tengo. Necesarias ampliamente NECESARIAS e indescriptibles. Sin palabras que las encierren y les den forma. Magníficas.
Sentate conmigo sobre el pasto verde bien verde del que comienza a crecer de a poquito con la primavera que lo alienta. Le da ánimos de seguir creciendo. También entrelazaría mis veinte dedos con los tuyos a ver que pasa… colisionaran los planetas? Se acabaran las guerras y el odio? Tal vez no hagamos cosas imposibles pero el amor, ese sentimiento TODO LO PUEDE… Todo.
Mira, mira el pastito verde y las hojas nuevas… Me conmueven hasta las lágrimas… De felicidad ya no hay más de las otras.
A veces, me canso de todo, y quiero dejarlo TODO; quiero dejar de luchar por lo que lucho y enfocarme en otra cosa.. pero sé que es pasajero, sé que en un ratito se me pasará ese berrinche. Pero, qué es lo que pasa si no se me pasa ese berrinche? Confieso que tengo miedo.
Sé que no me tengo que dejar llevar por una pelea, por un capricho, por una discusión, pero a veces, solo tengo ganas de dejarlo, de ser "libre" nuevamente.. tengo las simples ganas de poder salir a bailar, y estar con otro chico. Pero lo peor de todo esto, es que si hiciera eso, me arrepentiría, porque lo amo, porque sé que sin él no vivo, aunque me cueste aceptarlo y creerlo.. y porque sé que él es gran parte de mi vida ahora. Y es que me he acostumbrado a estar con él, a sentir su piel, a sentirlo .
Que paradoja! Una quiere lo que no tiene, pero si pierde lo que tiene, simplemente, se muere.
Sé que no me tengo que dejar llevar por una pelea, por un capricho, por una discusión, pero a veces, solo tengo ganas de dejarlo, de ser "libre" nuevamente.. tengo las simples ganas de poder salir a bailar, y estar con otro chico. Pero lo peor de todo esto, es que si hiciera eso, me arrepentiría, porque lo amo, porque sé que sin él no vivo, aunque me cueste aceptarlo y creerlo.. y porque sé que él es gran parte de mi vida ahora. Y es que me he acostumbrado a estar con él, a sentir su piel, a sentirlo .
Que paradoja! Una quiere lo que no tiene, pero si pierde lo que tiene, simplemente, se muere.
Después de pasar el anochecer tomando un café, pasearíamos por unas calles iluminadas solamente por las farolas. Mientras manos entrelazadas. O podría ser que termináramos en un parque, la hierva bajo nuestros pies, solo la luna como luz, viendo tan solo nuestras siluetas, guiándonos por nuestras voces.
Pero al igual que has deseado poder verme ahora. Y por ejemplo acabáramos en el parque, solos tu y yo, con la luna como única testigo. Y nos besáramos, y nos "viéramos" con las manos (quiero decir acariciarnos). Y continuáramos besándonos. ¿No crees que también podrías entonces sentir que lo deseas ya?
¿Abrazarme con intensidad, susurrarme al oído que necesitas sentir como nos fusionamos?
Pero al igual que has deseado poder verme ahora. Y por ejemplo acabáramos en el parque, solos tu y yo, con la luna como única testigo. Y nos besáramos, y nos "viéramos" con las manos (quiero decir acariciarnos). Y continuáramos besándonos. ¿No crees que también podrías entonces sentir que lo deseas ya?
¿Abrazarme con intensidad, susurrarme al oído que necesitas sentir como nos fusionamos?
lunes, 16 de noviembre de 2009
Me cansé de las excentricidades, quiero algo más simple..
es muy imposible?! Quiero poder andar en bici, que el viento se deslice
por mi cara, como a los pelados por la calva - como deciamos con aquella amiga
que tiene rapada su cabeza ♥ - Quiero poder seguir adelante ,
sin tener que luchar constantemente.. Quiero ver a todos tan
felices como yo, o más.. con sonrisas en la cara, y risas contagiosas;
Quiero más simplicidad para todos, que aprendan a disfrutar de las
pequeñas cosas de la vida, de los detalles insignificantes, que nadie nota,
pero que ahí estñan, y si no estuvieran, no sería lo mismo..
Quiero más de eso !
es muy imposible?! Quiero poder andar en bici, que el viento se deslice
por mi cara, como a los pelados por la calva - como deciamos con aquella amiga
que tiene rapada su cabeza ♥ - Quiero poder seguir adelante ,
sin tener que luchar constantemente.. Quiero ver a todos tan
felices como yo, o más.. con sonrisas en la cara, y risas contagiosas;
Quiero más simplicidad para todos, que aprendan a disfrutar de las
pequeñas cosas de la vida, de los detalles insignificantes, que nadie nota,
pero que ahí estñan, y si no estuvieran, no sería lo mismo..
Quiero más de eso !
Estofado de proteinas para reir, para llorar, para conjurar, para regodearme de alegría, para ver cine, para andar en monociclo, en nuestra sals, para amar. Ese dia pedimos.. mesa para Dos. Estofado para todas. De postre, gelatina de siesta. Un dia paso eso.. al lado de un tanque.
Dos. LA MISMA DE SIEMPRE. Hasta plutón con E.t no paro mujer traviesa!
Dos. LA MISMA DE SIEMPRE. Hasta plutón con E.t no paro mujer traviesa!
¿Qué pensarías si yo cantara desafinado? ¿Te levantarías y te alejarías de mi? Préstame tus oídos y te cantaré una canción, trataré de no cantar fuera de tono.
Lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Ño intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Qué hago cuando mi amor se ha ido? - ¿Te preocupa estar solo? -
¿Cómo me siento al final del día? - ¿Estás triste porque estás solo? -
No, lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Necesitas a alguien? Yo necesito alguien a quien amar
Podría ser cualquiera, yo quiero alguien a quien amar
¿Creerías en el amor a primera vista? Si, estoy seguro que pasa todo el tiempo
¿Qué ves cuando apagas la luz? No puedo decírtelo pero sé que es mío
Lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
Lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Ño intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Qué hago cuando mi amor se ha ido? - ¿Te preocupa estar solo? -
¿Cómo me siento al final del día? - ¿Estás triste porque estás solo? -
No, lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Necesitas a alguien? Yo necesito alguien a quien amar
Podría ser cualquiera, yo quiero alguien a quien amar
¿Creerías en el amor a primera vista? Si, estoy seguro que pasa todo el tiempo
¿Qué ves cuando apagas la luz? No puedo decírtelo pero sé que es mío
Lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
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