miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ojalá no sea tarde - pensó - el tren aparentemente había salido hacía dos minutos. - Ojalá hubiese hecho las cosas bien y ahora no estaría aquí arrepentida corriendo un tren - pensaba agitada.
Todos la miraban. Una loca corriendo a través de toda la estación de tren, con bata y en pantuflas. Con ruleros. Crema en la cara. Abajo no llevaría más que su ropa interior.
Todos la miraban mal. La puntuaban de loca. Ellos no sabían que aquella loca, iba en busca de su amor.

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